Capítulo 15

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Cuando entro a la habitación de Papá junto con Brandon, veo que está en la cama tumbado pero con la mirada perdida. Nunca he visto a mi padre sin su mirada segura e imponente. Nunca.

Me acerco lentamente y me siento en la silla que se encuentra al lado de la cama. Le cojo de la mano, y hasta que no siente el contacto con el mío, no gira la cabeza para mirarme.

- Stephanie... -tiene la voz débil.

-Papá -le aprieto la mano -. Los médicos han dicho que en dos semanas podrás volver a casa. Dios, me tenías preocupada, no vuelvas a hacer esto.

- Hablas como una madre - sonríe con los ojos cerrados, y suelto rápidamente su mano. El tema de madres me incomoda -. No es como si hubiera puesto aposta una bomba en mi propio escritorio por gusto, Stephanie.

Es un momento delicado y se supone que emocional, pero no he podido evitarlo y me he reído. Él sonríe débilmente y yo me levanto hacia la puerta para decirle a Brandon que pase y que hable con él. Me he quedado fuera en el pasillo, con los brazos cruzados.

Estoy muy, muy preocupada.

No sé por qué siento que mi familia está en peligro y que yo no puedo hacer nada al respecto. Quiero ser útil, de verdad, pero me siento tan impotente...

Halliwell sale de la habitación, cerrando la puerta y dejando privacidad a Papá y a Brandon, y se acerca a mí.

- ¿Qué haces aquí fuera? - pregunta.

Suelto un suspiro y me cruzo de brazos, apoyada en la pared.

- Tengo miedo a que le pase algo a Brandon también - confieso, y él se acerca más a mí, y yo siento que las lágrimas van a salir de mis ojos ya -. No sé por qué está pasando todo esto.

- ¿Crees que es obra de...?

Halliwell deja al aire la pregunta, y no me había planteado que podría ser el mismo que me está haciendo la vida imposible en la universidad.

No. Nadie llegaría tan lejos.

¿O sí? ¿Tan macabro es?

- Pero, ¿por qué? No tiene sentido.

- Alguna razón tiene que haber - sigue diciendo Halliwell, pero parece como si se lo estuviera diciendo a sí mismo.

Estoy a punto de enjuagarme las lágrimas cuando siento que Halliwell se pone en frente mía y se inclina un poco para abrazarme.

No, no lo he tenido tan cerca antes y si lo he tenido cerca (que en teoría tendría que haber sido aquella noche en la que nos besamos) no me acuerdo. Y en aquel momento y en aquel pasillo, no me importa que lo haya hecho. Apoyo mis brazos en su espalda, devolviéndole el abrazo, dejando rienda suelta a mis lágrimas.

Lloro en su hombro y él mantiene el silencio todo el tiempo, sin dejar de sostenerme.

*****

David me dice que se quedará con mi padre en el hospital todo el tiempo posible, así que nos manda a Brandon y a mí a casa. Es Domingo y parece el Domingo más amargo de todos.

Peter nos lleva a casa y Halliwell va con nosotros. Estamos en silencio, y el aire está cargado. Ni siquiera Brandon se molesta en hablar de cosas que solamente él entiende, sino que mantiene el silencio. Yo tampoco me molesto, ya que suelo hablar lo mínimo aunque tenga confianza con Peter.

Llegamos a casa y Halliwell, Brandon y yo bajamos en silencio del coche.

- Intentad descansar, chicos - nos anima Peter desde el coche -. Despejad la cabeza. Tú también, Eliott.

- Me quedaré un rato. Tengo que volver a casa - contesta Halliwell, con el tono de voz claramente cansado.

Entro a casa, seguida de Brandon, que va directamente a su habitación. Yo voy a la cocina, y veo que Dorothy va hacia mí muy preocupada.

- Oh, mi niña - me da un abrazo muy fuerte, y su abrazo me transmite seguridad y cariño, justo lo que necesito. Dorothy es, definitivamente, como una madre para mí -. Lo siento muchísimo. Duerme, ¿vale? Te prepararé tu sopa preferida nada más despertarte.

Le devolví el abrazo.

- Gracias, Dorothy.

Subo las escaleras y me tiro en la cama. No sé por qué de repente empiezo a cuestionarme la beca.

¿Y si le hago más daño a mi padre del que le han causado? Sé que yéndome al otro charco del mundo va a causarle una decepción muy grande a Papá.

Mi cabeza me duele tanto que necesito frotarme la sien, y alguien toca la puerta. Me levanto como puedo, sentándome en la cama.

- Me voy, Stephanie. Tengo que volver a casa, mis padres trabajan hoy y mis hermanos pequeños no pueden estar solos - era Halliwell, que habría cogido algo de su habitación.

- Vale.

Me muerdo el labio inferior. ¿Tengo que agradecerle por lo del hospital, o doy por hecho que sabe que estoy agradecida?

Ugh.

Se da la vuelta para irse y yo me levanto, carraspeando. Él se da la vuelta distraídamente.

- ¿Mmm?

- Eh... - Dios, ¿por qué costaba tanto? - yo...

Halliwell alza una ceja, sin maldad. Simplemente reacciona de manera que cuestiona lo que estoy intentando decirle.

- Gracias por lo de hoy, por todo en general - digo al fin torpemente.

Él parpadea un par de veces, y luego sonríe de medio lado.

- No es nada, Steph.

Se va. Y yo me quedo con la sensación rara en el cuerpo porque me ha llamado de manera cariñosa: Steph.

*****

Los siguientes días he tenido que tratar con la prensa que me persigue por todos lados porque se ha filtrado, de alguna manera, el incidente de la bomba en la oficina de mi padre.

También se ha filtrado y ha visto la luz, las supuestas fotos mías con un hombre en la cama y las rumoreadas chantajes a las que estoy sometida por alguien en la Universidad.

Prácticamente los medios de comunicación y la prensa socialité me persigue allá donde voy y llevo sin poder trabajar desde hace tres días. Mi excusa es que estoy en casa por gripe.

No sé cuánto tiempo puedo seguir así, pero mi billete para irme a Londres está preparada, que significa que en un principio voy a aceptar la beca e irme a por mi sueño.

Sin embargo, llevo días pensándolo seriamente. Si el incidente de la bomba no hubiera sucedido, yo podría haber aceptado la beca sin problemas, rebelándome. Pero ahora que mi padre está mal, y la empresa está en una alerta máxima y en una situación muy delicada, me lo estoy considerando seriamente.

¡Aghhh!

Sólo quiero estar en mi cama aislándome de todo el mundo y de mis problemas, aunque sé que esto no puede durar para siempre.

Estoy mirando al techo tumbada, cuando alguien toca la puerta y veo que es Brandon.

- Llevo días sin poder salir de casa. ¿Puedo? - me pregunta.

Me siento en la cama.

- Como quieras.

Se da la vuelta y se va. La verdad es que no he hablado con Brandon sobre toda la locura que estamos viviendo.

No sé por qué no puedo hablar las cosas con él como solíamos hacer antes.

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¡Hola!

Siento la tardanza, me trabé otra vez v.v

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