No puedo hacer nada para ayudar a Susan porque en cuanto le exijo a mi padre explicaciones sobre todo lo que está pasando, me confirma que sí, que el es el responsable de todo y que no va a retirar nada de lo que ha hecho.
No sé en qué momento exactamente me puse como una fiera y a gritarle a mi padre en plena reunión con peces gordos.
No sé por qué lo hice, pero en cuanto sus guardaespaldas me alzaron y me llevaron a rastras hacia fuera, y me dio el aire de la calle de lleno a la cara, me doy cuenta de lo que he hecho.
He empeorado las cosas.
Me cruzo de brazos mientras me levanto del suelo, con lágrimas en los ojos. No sé ni dónde ir: mi hermano está enfadado conmigo, no me pueden ver con mi novio y yo no sé cómo controlar la situación.
Me doy cuenta que mi padre está haciendo todo lo posible para separarme de Elliott. Tengo claro que no le será tan fácil, pero no sé cuánto tiempo más podré aguantarlo. No sé si podré soportar cómo daña a las personas que me importan... no quiero darles más problemas por mi egoísmo.
¿Es egoísmo o lo que me merezco? ¿Por qué mi padre no puede ver las relaciones como algo más que un simple beneficio de negocios?
Tengo tanto miedo por lo que pueda pasar más adelante que no me doy cuenta que estoy temblando. Me incorporo y me quito las lágrimas de los ojos.
Soy Stephanie Moore. Y no voy a dejar que nadie —ni siquiera mi propio padre— me hunda en su egoísmo.
Si quería guerra, la iba a tener. Voy a luchar con todo lo que tenga en mano a capa y espada... y esperemos que sin mucho miedo.
*****
Para añadirle más guinda al pastel, ese mismo día Dorothy me enseña un par de revistas donde publican fotos mías de hace meses cuando Aimee y yo salimos de fiesta. Salgo en las fotos bastante hecho mierda y claramente borracha. En otra revista parece que no han querido perder el tiempo y han publicado la foto photoshopeada en el que supuestamente salgo durmiendo en la cama con un hombre que claramente no conozco, y que se divulgó en mi antigua Universidad.
Me desplomo en el sofá de casa, exhausta. Entre el lío de mi padre y esto, mi cabeza parece explotar. Al parecer el tío que me hace la vida imposible y que hace una imitación barata de A de Pretty Little Liars se ha enterado de que he vuelto a la ciudad y se ha propuesto volver a hacerme la vida imposible vendiendo fotos a la prensa rosa.
Desde que me fui a Londres (y seguido de Elliott), el tipo o la tipa había parado pero desde que he vuelto (y la ciudad y la prensa está enterada), ha vuelto a la carga en cuanto a arruinar mi reputación. Y yo sigo sin tener la menor idea de quién demonios está detrás de todo esto.
—¿Crees que Papá lo ha visto ya?
—Ya lo creo que sí—admite Dorothy de brazos cruzados y con la mirada apenada—. Sabes que no creo esas revistas de chismes. Y alguien está dispuesto en arruinarte la vida, Steph.
—Lo sé—gruño y me paso la mano por el pelo—. Si llegaran a enterarse de que Elliott y yo...
Dorothy niega con la cabeza y suspira:
—Me daría miedo lo que sería capaz de hacer tu padre. Si ha empezado ya y lo que hace es grave, no quiero ni pensar en lo que haría si la prensa se entera de lo tuyo con ese muchacho.
Me cruzo de brazos. Yo también tengo miedo de lo que pase a partir de ahora. Estoy vigilada al cien por cien por mi padre pero también por un acosador que no puedo ni ponerle cara porque no sé quién es.
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Glamour © [Editando]
Ficção AdolescenteStephanie Moore. 18 años. Hija de papá. Destinada a tener éxito. Fama, dinero, lujo, fiestas y de la alta élite. Elliott Halliwell. 19 años. Barman. De estatus medio. Esfuerzo, humildad, logros y trabajo duro. Su origen y su estatus no le paran de s...