Glamour © [Editando]

Capítulo 21

- No tengo tiempo para tus tonterías, Daniel. Vuelve a casa.

Estoy por esquivarlo y pasar de él pero me coge del brazo y me obliga a darme la vuelta para verme. Alice está tapando su boca de la sorpresa y con una expresión en la cara como si estuviera viendo el momento culminante de una telenovela.

- Stephanie, he hecho lo que me has dicho. Me has pedido que vuelva aquí para demostrarte que te quiero de verdad, y aquí me tienes. ¿Qué se supone que tengo que hacer más? ¿Esto no es suficiente? - me dice ahora más desesperado, y de alguna manera lo veo reflejado en sus ojos.

Ahora ya entiendo aquellos treinta y ocho minutos grabados en mi móvil, y me entra pánico de haber dicho eso. ¿Por qué demonios lo he dicho?

La muchedumbre se ha aglomerado alrededor, curiosos sobre la situación. Si esto esla manera en la que quiero no destacar mucho por mi estatus social, no lo estoy consiguiendo con mucho éxito.

- Estaba borracha - le susurro -. No lo decía en serio.

- ¿Que no lo decías en serio? - repite Daniel pasándose la mano por el pelo - ¡He venido a Inglaterra a por ti! ¡Porque se supone que íbamos a volver!

Me hago paso entre la multitud que nos rodea y camino lo más rápido posible. Paso al lado de Elliott, pero le miro por un segundo mientras niego con la cabeza y sigo mi camino hacia mi residencia. Decidido: no pienso salir en toda la tarde.

Escucho pasos detrás de mí. E intento caminar más rápido aún, pero es imposible.

- ¡Stephanie! ¡Stephanie, por el amor de Dios!

Es la voz de Daniel y cuando me canso, suspiro y me doy la vuelta cansada.

- No quiero volver contigo - le digo -. Fue un error y no estaba consciente. Lo siento.

- ¿De verdad no te importa lo que tenemos?

Su mirada me rompe el corazón. Es verdad que no quiero volver con él porque me ha hecho daño y lo que me hizo no se lo podría perdonar nunca... pero dos años con una persona no se olvidan tan fácilmente. Y más cuando me había tratado bien.

- Teníamos - le corrijo, y vuelvo a suspirar, acercándome a él -. Escucha, Dan. Te quiero... pero no de la misma manera. Siento que tengamos que acabar esto así pero... no creo que vuelva a estar contigo. Lo siento de verdad.

Daniel traga bilis y luego se relame los labios para mirarme directamente a los ojos. Es una buena persona... pero el daño está hecho. Es irremediable.

- ¿No puedo hacer nada para hacerte cambiar de opinión? - insiste.

Suspiro y me acerco, viendo que se esperanza por unos segundos, haciendo que esa pequeña esperanza se rompa en miles de pedazos cuando se da cuenta de que es sólo para darle un beso en la mejilla.

- Vuelve a casa, Dan.

*****

Cuando me siento en el pequeño sofá de mi habitación en la residencia, resoplo sonoramente. Me siento mal por lo que ha pasado, por Daniel y por mi padre. No sé si él alguna vez me quiso, pero sé que en parte ha ido a por mí hoy porque le preocupa la empresa de nuestros padres. Le importa que nuestra ruptura afecte a la relación de mi padre y el suyo.