¡Sorpresa!
Hace dos años terminé de escribir Glamour y totalmente convencida de que no iba a seguir esta historia. Mantengo la decisión de no continuar esta historia dos años después, pero dado que me emociona tanto que hayamos llegado a los 500K leídos, he decidido escribir este bonus /capítulo especial en agradecimiento. ¡Así que aquí lo tenéis!
Probablemente muchos de vosotrxs no recordéis con exactitud la historia, así que he intentado que la historia sea lo más claro posible para recordar, así como sus personajes. Y a los que lo habéis leído recientemente: ¡guay! No tendréis que comeros mucho el tarro ;)
Este bonus se ambienta cinco años después de los acontecimientos de los Epílogos I y II, y tiene como soundtrack la canción Father de Demi Lovato, porque creo que pega mucho con la temática de este capítulo especial.
¡Espero que os guste!
. . .
Brandon
Estiro los brazos y dejo salir un gran suspiro. Ladeo la cabeza para mirar por la ventana y veo cómo el sol se pone, empañando la ciudad con colores cálidos y viendo cómo algunas personas caminan por las calles de manera más relajada porque es hora de volver a casa. Me quedo un rato mirando hasta que mi móvil se enciende por una notificación, y mi cuerpo se tensa.
Tardo un rato en cogerlo, y en ver qué es. De hecho, espero hasta que la pantalla del móvil se apaga hasta que finalmente decidido dejar de ser tan idiota de hacer lo que estoy haciendo. Estoy esperándome lo peor.
Chase: ¿Dónde estás? Ya estoy en el hospital.
Me relamo los labios para volver a suspirar y mirar a la nada. No estoy preparado. No quiero ir.
Mi móvil vuelve a iluminarse.
Chase: Cariño, deja de pensar tanto. No estás solo en esto, tu hermana necesita apoyo tanto como tú. Ven, por favor.
Siento como si algo se me quedara atascado en la garganta, como si me impidiese respirar. Llevo todo el día en la oficina, escondido como un cobarde y no queriendo afrontar la situación, dejando sola a Stephanie, cuando le prometí que iba a estar ahí. No sé cuándo he empezado a sentirme así, a cerrarme en mí mismo: es como si la empresa fuese lo único que tuviese en mente.
No voy a mentir: la empresa va bien. Está en el ranking de las mejores empresas a nivel mundial y puedo decir que me involucro con mis trabajadores de manera directa, en el sentido en que intento tratar con ellos personalmente de manera individual si puedo. Quiero que sientan que están en familia, que les guste su trabajo cada vez que despierten y que estén todos de manera equitativa en sus puestos.
De alguna manera la empresa me distrae de todos los problemas. Aunque en el aspecto laboral me vaya bien, me he alejado bastante de mis amigos y mi familia. Lo han notado, y yo también. No es algo normal en mí, desde que me hice con la empresa, Stephanie y yo nos unimos más que nunca... pero, desde el diagnóstico de Alzheimer de Papá, algo me alejó de ella.
Un diagnóstico precoz de Alzheimer fue como una jarra de agua fría para todos. Papá puede no haber sido el mejor candidato a mejor padre de la historia, pero al contrario de mi hermana, yo tenía un contacto mínimo con él, ya que tras hacerme con la empresa, tenía que seguir consultándole cuestiones del trabajo.
Todo empezó con pequeñas cosas cotidianas: sus criadas decían que a veces se le olvidaba ponerse calcetines al llevar zapatos, o lavarse los dientes, y que comentaba que sentía como que no lo había hecho y entraba en un círculo vicioso. Poco a poco comenzó a olvidar reuniones importantes que tenía con amigos o con otros empresarios para después decírmelo a mí. O daba por hecho que sí había acudido a estas cosas cuando no, resultando que lo pregonara a la prensa, y que los socios se cabrearan... haciendo que tuviese que aclarar cosas y dar la cara por él. He perdido la cuenta de las veces que he tenido que hacer eso, y la vergüenza que he pasado.
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Glamour © [Editando]
Ficção AdolescenteStephanie Moore. 18 años. Hija de papá. Destinada a tener éxito. Fama, dinero, lujo, fiestas y de la alta élite. Elliott Halliwell. 19 años. Barman. De estatus medio. Esfuerzo, humildad, logros y trabajo duro. Su origen y su estatus no le paran de s...