No le digo nada a mi padre, así que cuando estamos de vuelta a casa en el coche mientras conduce Peter y David está de co-piloto, estoy en silencio. Papá revisa sus mails como siempre y yo me mantengo en silencio cuando normalmente estoy hablando tranquilamente con David, pero ahora mismo estoy demasiado en shock como para decir algo.
He enviado a la cárcel a la persona equivocada.
Y me siento tan tonta, tan estúpida, que me arde la garganta y sólo puedo apretarme las manos y cerrar los ojos por un momento y no llorar. No sé siquiera por qué estoy dudando sobre decirle a Papá que he estado equivocada pero...
—¿Estás bien, hija?—me pregunta de repente, y yo tengo que girar la cabeza para verlo. Está preocupado, y no le culpo.
—Sí. Estoy bien. Ha sido un día intenso, eso es todo—miento.
—No te preocuopes por ese loco, Stephanie. Está donde tiene que estar.
Sonrío como puedo, asintiendo con la cabeza. Mis manos me sudan, de los nervios. Me siento culpable por haber enviado a la persona equivocada a la cárcel y me siento tan estúpida que tengo ganas de tirarme de los pelos.
Ese maldito acosador me lleva tres pasos por delante de ventaja que me irrita. Soy una persona muy competitiva, y que alguien se ría así de mí me parece hasta insultante; aparte de todos los horrores que ha hecho.
Se me han acabado cualquier tipo de teoría, y desgraciadamente vuelvo a donde estaba: quién es, qué le he hecho y qué quiere de mí. Claro que, si resulta ser un sádico que disfruta del dolor ajeno, en parte me explicaría muchísimas cosas.
Todavía no he hablado con Alice, pero estoy casi segura de que sabe que Theo está detenido, al fin y al cabo es de la alta élite. Sé que hablará conmigo, pero sinceramente no sé cómo reaccionará.
Por otra parte, no sé cómo comunicarle a Elliott que he enviado a la cárcel a la persona equivocada. Es de los pocos que sé que me echarán la bronca por precipitarme, pero a la vez sé que me va a ayudar y me apoyará. En parte no sé si debería hacerlo. No quiero cargarle más de lo que tiene, además, debe estar muy liado trabajando ya que ha dejado la Universidad indefinidamente.
Me duele que haya tenido que tomar esa decisión tan drástica. Por lo que me contó, sé que le apasionaba su carrera. Le gustaba capturar momentos y transmitirlos a la gente de una manera que pudiera sentirse como algo auténtico. Por mi culpa ha tenido que sacrificar su sueño, y es otra de las cargas que llevo en el hombro.
*****
Cuando llegamos a casa, vemos que Dorothy ha dejado la cena preparada y ayudada de Brandon, nos disponemos a preparar la mesa en silencio y mientras estoy cogiendo vasos, mi hermano habla.
—Deja de darle vueltas, Steph. No volverá a hacer nada.
Me detengo donde estoy por un momento y suspiro. Brandon ha sido un apoyo últimamente y además desde el accidente de Papá hemos vuelto a estar unidos. Admito que es algo que me alegra, a pesar de todas las cosas agridulces que están pasando.
Es mi hermano. Puedo confiar en él. ¿Por qué no debería? Siempre nos hemos cubierto las espaldas. Siempre hemos estado para el uno al otro cuando lo hemos necesitado. Ambos sabemos que podemos confiar en nosotros.
—Escucha, Bran—comienzo a decir en voz baja, y le cojo de la mano para guiarlo hasta el pequeño cuartillo que utilizamos para guardar cosas de cocina que no caben en la cocina en sí—. Creo que me he equivocado. Con el acosador, me refiero.
Él parpadea y alza una ceja.
—Theo está con la policía. Todos hemos estado allí. Lo he visto todo con mis propios ojos.
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Glamour © [Editando]
Ficção AdolescenteStephanie Moore. 18 años. Hija de papá. Destinada a tener éxito. Fama, dinero, lujo, fiestas y de la alta élite. Elliott Halliwell. 19 años. Barman. De estatus medio. Esfuerzo, humildad, logros y trabajo duro. Su origen y su estatus no le paran de s...