Capítulo 27

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La velada en casa de los Halliwell ha sido muchísimo mejor que de la que me esperaba. Su madre es una mujer completamente amable y cálida, y sus hermanos no pueden ser más adorables.

Después del almuerzo y de haber ayudado a su madre a recoger la mesa y lavar platos, Elliott, sus hermanos pequeños y yo decidimos ir a un parque cercano a pasear. Durante todo el trayecto y nuestra estancia allí, ha sido divertidísimo porque Sammy y Zach no han parado de hacer bromas.

Me siento realmente cómoda con él y su familia. Es una sensación extraña, ya que nunca me ha pasado, a pesar de la de Daniel también era acogedora. Cuando estoy con los Halliwell, siento una ilusión recomfortante; la misma cuando estoy sola en el silencio de mi habitación. Es la sensación acogedora de un hogar.

Para cuando son las seis de la tarde, llevamos de vuelta a casa a los niños, y una vez hecho también me despido de Ophelia.

- Gracias por el almuerzo, Ophie - le agradezco sincera mientras le doy un abrazo.

- Vuelve pronto cielo, siempre serás bienvenida - contesta y luego se acerca a mi oído y susurra: -. Cuida muy bien de Elliott.

- No se preocupe.

Me separo de ella y me dirijo al Range Rover. Me subo y me siento, y mientras me abrocho el cinturón, veo cómo Ophelia le da un beso cariñoso a su hijo y éste se lo devuelve en la mejilla mientras se intercambian unas frases que no consigo oír desde el coche.

Ophelie se despide una última vez antes de meterse de nuevo en casa, y Elliott sube al coche y pone en marcha el coche.

- Que sepas que estaba aterrada por conocer a tu madre - confieso -. Me hubiera gustado haber conocido a tu padre también.

Él suspira.

- Lo sé. Tenía doble turno en el trabajo hoy. Ya será otro día.

Me inclino hacia un lado y le doy un beso en la mejilla. Elliott sonríe sin dejar de mirar al frente.

- Me ha gustado el día de hoy - digo.

Sin dejar de mirar a la carretera y de sonreír, me contesta:

- Y a mí. Mucho.

*****

Quién iba a decir que la trayectoria hacia mi casa iba a ser peor que la que pasé hacia los Halliwell. Brandon me ha avisado por mensaje que Papá ha vuelto, así que Elliott y yo tenemos que volver a nuestro papel habitual: profesionalidad en estado puro.

No paro de mover las piernas con nerviosismo, por lo que Elliott me coge de la mano y la besa con suavidad, mientras me acaricia y con la otra conduce.

- Tranquila, Steph. Todo saldrá bien.

Le miro y suspiro.

- Sí. Supongo que no tiene sentido que esté preocupada. Haremos como siempre y...

La puerta principal se abre a medida que vemos que llegamos a casa. Entro en pánico porque 1) estoy sentada en el copiloto, 2) cuando debería estar sentada detrás y 3) no está ni David ni Peter y tampoco sé qué excusa le vamos a contar a Papá para que se lo crea porque sinceramente, creo que se está oliendo algo raro.

Elliott aparca, y yo bajo del coche lo más rápido posible. Me acerco a mi padre y lo abrazo. Desde que me fui por mi cuenta a estudiar en Londres no lo he podido ver. Tampoco me despedí apropiadamente de él... prácticamente escapé.

Pero cuando me separo, veo que no me mira a mí sino a Elliott y yo estoy tan desesperada de captar su atención en mí que lo cojo del brazo para obligarlo a mirarme de manera discreta.

Glamour © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora