Cada letra escrita aquí es de mi completa autoría. Espero que lo disfrutes y recuerdes que esto no es más que ficción.
El camino es minado en este trabajo y el rey lo sabe, por eso entrenó al príncipe desde pequeño para que pudiese resistir aún cuando las paredes del castillo caigan sobre él.—Esto no es para nada un reino, padre.— el rubio reía, intentando ensartar las arvejas sancochadas con sus palillos.—Malditas, déjense comer.
—Jimin, tus modales.— regañó el padre al escuchar las maldiciones de su hijo.—No se atraviesan, se toman.— le mostró al menor como tomaba el vegetal con los palillos.
—Práctica de años ¿Puedo tomar una cuchara?
—Eres caso perdido.— suspiró.
—Papá, lo olvidé. Jungkookie vendrá en un par de horas.—dijo levantándose de la mesa con su plato y metiéndose las arvejas con las manos a la boca.
—¿Por qué viene después de la cena y no antes?— preguntó el hombre— Me hubiese encantado tener una charla con él.
—Tuvo una cena con su familia, vinieron sus tíos de Busan. En realidad, si no fuese porque hoy tuviste tiempo de cenar conmigo, yo estaría comiendo el Kimchi de la tía de mi novio, llevo mucho tratando de robarle la receta, pero no suelta ni una pista.— terminó de decir para salir corriendo a dejar su plato en la cocina.
—Jiminie, no corras. ¡Te caerás!— alcanzó a decir Park WooHan.
—¡No lo haré, ahora debo cuidarme mucho!
El chico llegó a la cocina y dejó su plato sobre la encimera.
—Señora Biyeon, lo lamento mucho ¿Podría darme unas cuantas frutas?—le dijo a la mujer encargada de la cocina que se encontraba limpiando con sus otros dos ayudantes.
—Jimin, no deberías disculparte por pedirme cosas, me pagan por hacerlo.
—Aún así, usted está ocupada.—se rascó la nuca avergonzado.
—Darte fruta no me quitará el tiempo.—se dio la vuelta y fue directo a donde estaban las frutas frescas.—Pásame un cuchillo y una tabla, por favor.— le pidió a uno de sus ayudantes que corrió a buscarlos y entregárselos.
La mujer comenzó a juntar las distintas frutas cortadas en un recipiente. Esto para Jimin era como volver a cuando era niño y la señora Biyeon hacía lo mismo para él, porque su padre no le dejaba consumir muchos dulces. Así que, ese era su único manjar.
—¿Le adiciono leche condensada y Fugde de chocolate?—preguntó al terminar y observó a Jimin perdido mirando el bowl de vidrio.
Los ojitos del menor se abrieron y brillaron al escucharla.
—Si, quiero bastante de los dos por favor.
Después de recibir el bowl, agradeció y salió del lugar para dirigirse a su habitación.
—Tienes veinticuatro años y sigues siendo un niño.— escuchó a su padre decir al verlo llegar a la sala donde él ya se encontraba.
—Papá, yo seré siempre joven. Tu me quieres así, Jungkook me quiere así, es suficiente para mi.—respondió metiéndose una cucharada de fruta llena de dulces, a la boca.
Una llamada que provenía del teléfono de Park WooHan, los alertó y este contestó rápidamente.
—Dime.— el tono de voz que usaba para el "trabajo", era algo escalofriante para Jimin, ya que, si se trataba de él, siempre era muy dulce y comprensivo.
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Tinta Negra
FanfictionJimin es hijo del jefe de una de las mafias más grandes de Corea. Jungkook es su novio, con el que ha estado saliendo por tres años. Durante todo este tiempo le ocultó la verdad por miedo a involucrarlo. Todo da un giro de 180° cuando una mafia enem...