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—¿A dónde deberíamos ir?—preguntó el mayor acurrucado entre las cobijas y el pecho de su pareja.
La temporada de invierno en Japón no daba tregua, el frío calaba cada cuerpo que se atreviera a ser intrépido y vestir holgado.
—No lo sé, no se inglés Jimin. Sea donde sea, será difícil para mí acostumbrarme a algún lugar en el extranjero.—Jungkook tenía un serio problema con el inglés, lo había estudiado en varias ocasiones, pero simplemente luego de cada clase, olvidaba todo como si perdiese la memoria y solo lograba recordar el significado de algunas palabras básicas.—Mi japonés no llega ni a intermedio, pero por lo menos puedo comunicarme.
Jimin soltó una carcajada al recordar la extensa llamada de Jungkook al room service por comida.
—Lograste comer lo que deseabas hoy, es bastante avance con el japonés.—bromeó—. Aunque sabes que no podemos quedarnos. Yo sé inglés, no te preocupes por eso. Aprenderás cuando estemos establecidos en un lugar. Busca en internet "casas en Madagascar".
Las quejas de Jungkook no se hicieron esperar.
—¡Ay, no! ¡Eso es en el fin del mundo!—exclamó.—Yo no quiero vivir tan lejos, prefiero quedarme aquí.—Jimin comenzó a reír nuevamente y este se indignó.—¿Te estás burlando de mi?
—¿Cómo piensas que iremos a Madagascar, amor?—Su risa problemas ya la estaba escuchando todo el hotel.—No seas ingenuo.
—Has cambiado, antes era yo quien hacía bromas tontas y tu caías en ellas.—se lamentó recordando los tiempos en los que recibía muchos manotazos de Jimin por ello.
—Soy un poco más Jungkook ahora. ¿No te gusta?—preguntó alzando la cabeza para conectar miradas, los ojos de Jimin tenían un intenso brillo que Jungkook conocía bien, esa pequeña sonrisa y las mejillas abultadas eran el inicio de muchas noches en las que no durmieron para saciar sus instintos.
—Cariño, no podemos.—sentenció resignado. El mayor acariciaba su pecho como si se tratase de un pequeño gatito que ronroneaba esperando unas cuantas caricias de su dueño.
—Creo que si se puede. Pásame el teléfono, tendremos que averiguar.—El menor le entregó el aparato aún incrédulo.—Veamos.—Suspiró tecleando su interrogante en el buscador.—Aquí dice que deberíamos evitarlo a partir de las tres o cuatro semanas antes del parto.
—Un mes antes aproximadamente.—Alzó la mirada al techo tratando de sacar cuentas. Recordando más o menos cuando pudo haberse embarazado.
—Tengo seis meses con una semana. No es difícil saberlo, tu cerebro se va a romper.—dijo al verlo completamente concentrado en contar los meses.
—Para ti es más fácil porque llevas contando el tiempo. Yo recién me enteré hace unas horas, es complicado.—se quejó.
—Lo se, lo siento.—se disculpó.—Aunque volviendo al tema, nos quedan tres semanas.
Jungkook río divertido al ver a su novio intentando seducirlo con su rostro adorable.
Lo separó de su cuerpo para acostarlo boca arriba y levantó su playera blanca para poder acariciar su vientre.
—Ahora que puedo tocarlo, me doy cuenta de que si es grande, pero como eres muy delgado, no se nota demasiado.—dijo levantándose para poder observarlo mejor.—¡Oh, utilizas pantalones para embarazo!—Se sorprendió al notar que el buzo que llevaba tenía una especie de tela que de subirla, tapaba todo su vientre.
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Tinta Negra
FanficJimin es hijo del jefe de una de las mafias más grandes de Corea. Jungkook es su novio, con el que ha estado saliendo por tres años. Durante todo este tiempo le ocultó la verdad por miedo a involucrarlo. Todo da un giro de 180° cuando una mafia enem...