Tinta Negra

𝙲𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚕 𝚎𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚖𝚒𝚎𝚛𝚍𝚊

Los medios de comunicación se volvieron un caos total, el flamante empresario recientemente fallecido, era un mafioso y ahora su hijo se encontraba desaparecido.

Durante la semana completa no pararon de especular sobre el paradero de Jimin, pero lo más extraño es que la prensa se enteró de muchos detalles que solo la policía manejaba.

Algo estaba sucediendo y SeokJin lo supo cuando la policía de central decidió tomar el caso y pidió que absolutamente todas las pruebas sean enviadas a su jurisdicción de inmediato.

—¡Mierda!—gritó golpeando la mesa de su escritorio.

—Calma, se ha vuelto un caso mediático. Es normal que quieran manejarlo a su manera.—NamJoon trató de ayudar un poco.

—¡Tu no estuviste ahí! Esos imbeciles se creen los dueños de todo. ¡Maldita sea! Este era mi caso, ahora ellos se llevarán todo el crédito y peor, no creo que les importe encontrar al hijo de un narcotraficante. ¿Qué le diré a Jeon Jungkook?

Los dos quedaron en silencio al pensar en el chico. Estaba tan empecinado en encontrarlo que seguramente esta noticia destruiría sus esperanzas.

—No quiero imaginarme como reaccionará Jungkook.

—Dile tú.—soltó NamJoon.

—No ¿por qué? Dile tú.—respondió Jin.

—¿Decirme qué?—el pelinegro se encontraba en el marco de la puerta de la oficina de SeokJin.

El mayor de los tres se golpeó la cabeza tratando de no matar a NamJoon, quien a su lógica, lo había llamado con el pensamiento.

Bastante maduro de su parte.

—Yo...

Se la pensó un momento antes de continuar, pero su amigo saltó directamente a la yugular del menor.

—Los de central se llevarán el caso y probablemente no les importe encontrar a Jimin.

Tomó de la camisa de NamJoon y le lanzó una mirada llena de furia.

—¿Qué tu no tienes tacto?

—Trabajo inspeccionando muertos ¿Qué esperas de mi?

Ahí tenía un punto.

—¿Qué están diciendo?—preguntó Jungkook, confundido.—¿SeokJin, ya no estás a cargo del caso?

El aludido negó sacudiendo su cabeza, esto era mucho más terrible de lo que parecía.

—Para ser sincero, Jungkook. Él tiene razón, yo ya no estoy a cargo y central es una completa mierda con quienes no le interesan, no estoy muy seguro de sus planes, pero el panorama no se ve tan alentador, me temo que no puedo ayudarte más y me molesta en demasía porque ni siquiera comencé a hacerlo, estoy atado de manos.

Estaba completamente solo, no tenía una sola persona en quien confiar ni más pistas sobre su novio, pero lo peor aún estaba por llegar.

Caminó de vuelta a casa sin muchos ánimos, pensando una y otra vez en como haría para encontrarlo.

No era tan facil, solo tenía claro que el rubio escapó porque su vida estaba en peligro y eso significaba que no podía volver, Jungkook tenía que ser cauteloso o eso intentaba hacer, pero la prensa seguía llamando para obtener sus declaraciones con respecto a la muerte de su suegro y desaparición de su novio.

—Santa mierda, estoy cansado de todo esto. ¿Cuántos días han pasado sin una sola buena noticia? Ni siquiera se si está bien.

Abrió la puerta de su casa y fue recibido por la mirada de preocupación de su madre.