Tinta Negra

𝙲𝚊𝚖𝚒𝚗𝚘 𝚊𝚕 𝚋𝚊𝚛

—¡Están en todos lados! En la universidad, en mi casa, vigilan a mi familia e incluso mi madre dijo que un hombre se ofreció a ayudarle con sus bolsas mientras venía a casa del supermercado, ese hombre le hizo preguntas tan extrañas que pensó que la secuestraría. Le he tenido que decir que lo mejor sería no traer a la familia a casa, las reuniones eran muy importantes para evitar matarnos y mantener contacto, está furiosa, piensa que estoy metido en algún negocio turbio. Mi padre me dio un sermón por lo supuestamente bajo que he caído. Antes nadie me conocía y ahora todo el mundo habla del triste idiota que lo perdió todo, hasta su dignidad, pero lo peor es que no he logrado nada más que tener antecedentes policiales y un par de costillas rotas.—su frustración era palpable.—Se que puede parecer un berrinche, pero esto los pone en peligro mucho más que antes, ellos saben quienes somos y tengo miedo de lo que pueden llegar a hacer por una sola pista de Jimin.

—Posiblemente los conocen, pero a mi no. Nunca salgo de aquí y Hoseok no es más que tu compañero millonario. Hemos tomado precauciones con respecto a venir aquí, no creo que tengan idea que nos reunimos en este lugar.—comentó Yoongi sentándose en su silla giratoria.—Además, tengo algo más que suposiciones. Pude acceder a las cámaras de algunos distritos de la ciudad, me faltan algunos, pero el de Taehyung y Jungkook están en mi lista.—sus dedos presionaban las teclas apresurádamente.—No me miren a mi, estoy proyectando en la pantalla.—señaló la enorme TV que compró Hoseok para ver los partidos de la liga en HD 4K.—Bien, lamentablemente no hay una cámara directa hacia la casa de Taehyung, solo la de un negocio cercano, pero con ojo de águila, veo lo suficiente.—cambió las imágenes, esta vez enfocó a la calle de Jungkook.—Bien, agradezco mucho que vivas por ahí, hay muchas cámaras de seguridad y he estado revisando durante estos días para obtener alguna imagen relevante. Exactamente el día de ayer a las 3 p.m. una camioneta con placa falsa estuvo estacionada aproximadamente hasta las 6.20 p.m. Claramente no iban a usar una placa registrada, pero pude captar un rostro y...—volvió a cambiar las imágenes.—...este señor se llama Lee SeoJin, mi infiltración a los archivos policiacos me ayudó bastante, no utilicé al chibi y tampoco causé problemas esta vez, por si se lo preguntan y continuando con el tema, Seo trabaja en una agencia clandestina que trae personas desde Corea del Norte por un muy elevado precio.

Jin se acercó a la pantalla lentamente, recordaba ese rostro.

—A su compañero no lo pude identificar, pero podemos vigilar sus pasos. Si nos vigilan, nosotros también.

—¡Hey, Yoongi!—exclamó Taehyung, pero este posicionó su dedo índice en sus labios.

—No, déjame buscar más opciones.—respondió, evitando que Kim vuelva a hablar.

—¿De qué se supone que nos perdemos?—preguntó NamJoon.

—De una idea que prefiero no mencionar hasta que no tengamos más alternativa.—estaba seguro que preguntarían hasta sacarles la verdad, por ello decidió cambiar de tema.—He revisado las cámaras de la mansión y no ha habido ningún movimiento sospechoso, estamos bien en ese aspecto, pero aún así, sigan tomando sus precauciones, de ahora en adelante, mucho más. Por cierto ¿No habían cámaras en la mansión de Jimin?

Jin negó.

—Las hay, pero la última grabación es de unos días antes. No se sabe si alguien borró todo o simplemente fueron desconectadas por alguna razón.—las grabaciones no les sirvieron de nada durante su corta investigación, incluso Sang desconfió de él cuando se lo comentó.

—Lo supuse, no hay más que hacer. ¡Hoseok!—llamó y el aludido asintió.—Alista tus aromatizantes porque volveremos al nido de ratas, debemos acercarnos un poco al enemigo.

—Nuevamente a la tortura medieval.-se quejó golpeando fuerte el suelo con su zapato.

Definitivamente está vez iría más preparado, tal vez usaría Vick Vaporub para evitar a toda costa olor el sudor de esos hombres que seguramente tenían más droga en casa que productos de limpieza personal.