𝙳𝚒𝚜𝚌𝚘𝚗𝚏𝚘𝚛𝚖𝚒𝚍𝚊𝚍

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—He marcado todas las fotos a las que pueda hacer referencia tu queridísimo novio, debes concentrarte en cada una, Jungkook.—pidió Taehyung, entregándole todos los otros álbumes que le faltaban por ver.

—Papi, tengo hambre.—se quejó el niño pequeño que se mantenía abrazado de su pierna.

Taehyung acarició su cabeza y le tendió los brazos para cargalo, este se lanzo rápidamente.

—¿Qué quiere comer mi niño?—pregunto.—Claramente verduras, por supuesto.—se respondió y su pequeño hizo un puchero.

La madre de Taehyung no pudo hacerse cargo del niño, ya que, su tía abuela vino a llevársela a su casa, vacaciones de hermanas señoronas, le decía Taehyung. Por esta razón, él había tenido que traer a Sangyeob.

—No, yo quiero lo que come él.—señalóa NamJoon, quien de atragantaba con unos snacks picantes.

—Mi amor, si comes eso, cuando hagas popó, saldra fuego. El tio Nam quiereser un cohete, por eso los come, aunque su trasero se queme en el intento.—explicó y NamJoon lo maldijo con la boca llena.

—Entonces, quiero fideos.—pidió y su padre tomó el teléfono para pedir comida.

—Hey, pediré comida. ¿No les apetece nada?—preguntó y todos negaron, entonces, prosiguió con su plan.

Hoseok y Yoongi estaban en su misión, Jin se encontraba trabajando en la comisaría, Jungkook y NamJoon eran los únicos, junto con él, que se quedaron.

—Tae. ¿Hoy no irás a trabajar? ¿No dijiste que tenías compromisos esta semana?—preguntó NamJoon y el castaño asintió.

—Sí, tendré dos y como mi madre no puede cuidar a Sangyeob, ustedes lo harán.—dijo, sin más.

—No somos niñeros, Tae.—se unió Jungkook a la conversación.—Además, desde el inicio está mal que lo expongas viniendo aquí con él.

El castaño rodó los ojos.

—Jungkook, si es verdad que nos vigilan. Lo más seguro que mi hijo puede estar, es a mi lado o en esta mansión resguardada por muchos tipos fuertes con armas, que en mi pequeña casita y sus rejas viejas y oxidadas. Le pediré a una de las empleadas que duerma con él, yo me iré después de dejarlo dormido, Hobi me dio una habitación, así que, solo necesito que lo acompañen, ya está todo arreglado, era solo broma lo de cuidarlo, no se esponjen.—declaró.

—¿Se le cambia el pañal o cómo?—en definitiva, NamJoon no sabía nada de humanos vivos.

—Tiene siete años, casi ocho. Ya sabe usar un baño, no seas idiota, Nam.—replicó el padre de Sangyeob.

—Me falta un mes, señor guapo.

—Por cierto, ¿A quien vas a ofrecerle tu servicio de acompañamiento, Tae?—preguntó Hoseok, quien se acaba de bañar y aun estaba puesto su bata y su toalla de baño mientras secaba su cabello.

Yoongi ya estaba en su pc, él demoró quince minutos en bañarse y su compañero, una hora.

—Pues, con el viejo Gang SiWoo.—respondió.—Hace unos meses que no me contactaba, él era uno de mis clientes más concurrentes, pero me enteré por un viejito verde que un familiar cercano suyo falleció. ¿Saben el dinero que perdí solo por un muertito? Dios, por lo menos ya pasó su luto o eso creo, hoy volverá a las reuniones de viejitos gordos y adinerados, por eso me pidió ir con él. Hasta me envió un traje más caro de lo normal para esta noche.—caminó mostrando un bolso que cubría el traje, pero pudieron ver la marca de alta gama encima.

Yoongi tuvo el instinto de quitárselo y venderlo para pagar alguna de sus deudas, pero no lo hizo porque habían muchos testigos observándolo.

—Hey, miren. Esta es una foto muy bonita, hasta hay un pajarito aquí. ¿Quién la tomó?—preguntó NamJoon.

Tinta NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora