𝙽𝚘𝚌𝚑𝚎 𝚜𝚒𝚗 𝚕𝚞𝚗𝚊

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—¡Como les decía, necesitamos fondos!—exclamó Taehyung, un poco ebrio.—Un centro de operaciones, dinero, café y ropa de camuflaje o en su defecto, detectives.

—¿Para qué diablos quieres ropa de camuflaje?—preguntó Jin, también ebrio.

—Para las misiones de peligro extremo.

NamJoon se enterneció por lo convencido que sonaba.

—Ves demasiadas peliculas. Además, tienes un hijo, si te incluimos será solo para ayudar desde un lugar seguro ¿de acuerdo?—buscó una respuesta positiva del menor, que no llegó.

—¡Yo quiero lanzarme a la aventura, al peligro!—exclamó golpeando la mesa por milésima vez.—¡Acción, eso busco!

Jin rió burlón.

—Cállate, se respetuoso con tus mayores y deja de creerte super heroe. ¿Que no ves que Jungkook quizo serlo y tiene dos costillas en recuperación?

—Eso dolió.—dijo Jungkook, indignado.

Todos tenían claro que el mundo se mueve con dinero y ninguno era un estúpido millonario que quisiera despilfarrar sus verdes por un asunto que no le pertenecía.

Tomaron sus cosas y caminaron a la salida después de pagar la cuenta y el vaso roto. NamJoon cuidaba de los dos chicos pasados de copa y Jungkook caminaba con cautela, cerca de ellos, pero no juntos para evitar un mal golpe sin intención.

—No sé como llevarte a tu casa y llevar a estos tres.—expresó cansado.

—Son un dolor de cabeza, pueden discutir mucho, pero se parecen.—afirmó el menor y NamJoon le dio la razón.—Vamos a mi casa, tengo espacio suficiente para los tres, antes vivía mi hermana conmigo, pero se casó y salió de casa. Asi que, hay un cuarto para ti y estos dos dormirán en un colchón inflable que pondré al filo de mi cama porque definitivamente no voy a ser yo el perjudicado. Te dejaría ir, pero debido a las circunstancias, sería imprudente mandarte solo a casa en ese estado.

Jungkook accedió, después de todo, NamJoon tenía razón, él era un blanco facil justo ahora.

Llamó a su madre avisando que se quedaría en casa de un amigo y tomaron un auto que los llevó a su destino.

—¡Ay, Dios! ¿Dónde estoy?—preguntó rl castaño al cruzar la puerta.—Oiga señor, yo no soy esa clase de chico, entienda que solo vendo mis servicios de acompañante, si quiere algo más, tendrá que contratarlo a parte o darme 10 millones de doláres por adelantado para acceder.—golpeó el torso del mayor con su dedo indice.

—¡Oye tú, no toques a Nam! No tienes permiso, yo no lo apruebo, resbaloso.

Ahora había surgido una nueva pelea por la atención de NamJoon.

Jungkook rió divertido e inconcientemente pensó que Jimin la pasaría muy bien con todos ellos, que seria feliz y sonreiría al ver esta escena.

Una punzada hizo que volviera a la realidad, no era dolor físico, era del corazón y aunque tomase millones de pastillas o todos buscaran una cura, la única que aliviaría su dolor, era una con nombre y apellido.

Su novio, su todo, su vida y su gran dolor.

¿Estás bien, amor?—preguntó en sus pensamientos con la espera de que pudiese escucharlo desde donde sea que esté.

¿Estás bien, amor?—preguntó en sus pensamientos con la espera de que pudiese escucharlo desde donde sea que esté

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