Tiempo

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Capítulo 9

A la mañana siguiente en lo primero en lo que pensó fue en lo que había ocurrido el día anterior. Se desanimó al ver que dolía lo mismo que la noche pasada. De espaldas a ella, escuchaba la pesada respiración de Fred, se había quedado dormido a su lado.

Andrea se quedó mirando a la pared sin saber bien que debía hacer. Trataba de no pensar en sus padres, pero no podía, era imposible. Aunque le dolía más pensar en Bruno, él no tenía nada que ver, no era parte del problema. Sus padres la habían mentido y hecho creer que era alguien que no era, pero Bruno no conocía la verdad, no merecía nada de lo que le había pasado. 

Ella era la única que merecía el dolor, y para que ella sufriera habían tenido que pasarlo mal otros. Todo aquello era su culpa. No debía haberse marchado de aquella habitación, no debía de haber intentado escapar.

Se planteó si aún estaba tiempo de regresar, podría volver con él y pedirle que no les hiciera nada más, si ella se unía a los mortífagos. Aun así, Andrea no creía que Voldemort fuera a ser piadoso. No había dudado en enviar a Bellatrix al ver que había salido de la habitación.

Al menos tenía que intentarlo, tenía que tratar de protegerlos.

Se dio la vuelta con la intención de salir de la cama, pero al girarse sobre sí misma se encontró cara a cara con Fred. Que dormía plácidamente.

Tampoco podía dejarlos. No podría protegerlos si estaba lejos, debía permanecer junto a ellos. Si se quedaba y alguien volvía, pensaba luchar contra cuanto más mortífagos le fuera posible, y si era necesario, morir para protegerlos.

No podía marcharse.

Tomó aire lentamente viendo que al menos había llegado a una conclusión. Pero no sabía que iba a hacer después, ¿Volvería al colegio donde todos pensaban que estaba muerta? ¿Buscaría a Bellatrix? Andrea tenía ganas de estrangularla, esa asquerosa bruja, merecía algo más que la tortura.

Fred resopló y se movió sacándola de sus pensamientos asesinos. Mirándole a la cara no pudo pensar en otra cosa que lo adorable que parecía mientras dormía. Por un momento se olvidó de sus pensamientos dolorosos.

Se quitó de encima la sabana con la que el chico debía haberla arropado la noche anterior y con cuidado de no aplastarle ni despertarle se levantó de la cama. Cuando estuvo de pie, giró completamente sobre si misma observando la habitación y al lado de la ventana distinguió un objeto familiar. Uno de sus muchos cuadernos, el que era de color escarlata y adornos dorados.

Caminó despacio hasta él y lo tomó con cuidado. Sabía que dentro de aquel cuaderno había muchas cosas que no la iban a ayudar a olvidarse de lo que había sucedido, pero necesitaba abrirlo.

Con el cuaderno en la mano caminó hasta la cama de George y se sentó sobre ella. Por un momento creyó que Fred se había despertado, pero enseguida volvió a oír su lenta respiración indicándole que seguía durmiendo.

Con lentitud ojeó todos sus dibujos uno por uno, la mayoría eran de Hogwarts, pero entre ellos Andrea encontraba alguno que representaba a su familia o a su hermano en los jardines, o incluso de su viaje a Italia. Andrea miró el final del cuaderno indecisa.

Finalmente lo abrió por la última hoja y levantó con cuidado la solapa que tenía la contraportada revelando unas de las muchas fotos que había hecho con una cámara polaroid que Hermione le había regalado hacía ya tiempo

Colocó las fotos de sus amigos sobre la cama y tomó la que más protegida estaba, su favorita. Andrea observó por un buen rato, casi sin pestañear aquella foto que su madre les había hecho con una vieja cámara muggle de sus tíos a Bruno y a ella en la masía de su abuela. Ambos sonreían a la cámara, estaban en el jardín con los limoneros al borde de la piscina.

Andrea Bletchley y el príncipe mestizo ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora