Andrea Bletchley y el príncipe mestizo ☆

El príncipe mestizo

Capítulo 15

En cuanto llegó a la habitación aquella noche, le contó rápidamente a Hermione lo que había pasado en el vagón con Malfoy. Aprovechando que Parvati y Lavander estaban en el baño le explicó porque Harry había llegado lleno de sangre. No se molestó en contarle lo que Malfoy había dicho, estaba segura de que eso lo iba a hacer Harry, pero si le contó su encuentro en el pasillo al derribarle.

—No será capaz de contarlo—le dijo Hermione con determinación—es Malfoy, pero tampoco es tonto. Además, de los cuatro, estoy segura de que eres a la que menos odia.

—Eso no determina si es capaz o no—le rebatió Andrea quitando la mancha de sangre de su sudadera con la varita.

—Bueno...igualmente no va a ser capaz—le respondió su amiga al quedarse sin argumentos.

Ambas se sentaron sobre la cama de Hermione y escucharon en silencio las risitas provenientes del baño, donde sus compañeras de habitación charlaban con entusiasmo.

—Eso espero...solo faltaba que se enteraran de eso—Andrea dudó un segundo antes de hablar de nuevo—Hermione, qué te han preguntado a parte de cosas sobre el elegido y Harry.

La chica evitó su mirada y Andrea supo que sus intuiciones no habían sido incorrectas, también estaban hablando sobre ella.

—Me preguntaron...me preguntaron si seguíamos siendo amigas, si te habías convertido en mortífaga, como habías escapado o quien había matado realmente a tus padres...—respondió Hermione con sinceridad— estupideces varias.

Andrea hizo una mueca. No sabía si sentirse dolida o enfadada con la gente que pensaba eso.

—Ya...pero son estupideces que la gente se cree.

—Mira Andrea, he estado pensando en cómo desmentirlas, y me he dado cuenta de que da igual—le dijo Hermione tomándola de la mano— es más importante que tu sepas que la gente que realmente te quiere, sabe la verdad.

Andrea le mostró una pequeña sonrisa.

—Vale—le contestó con rotundidad—pero tendrás que evitar que embruje al siguiente que sea muy pesado, porque no sé si podré aguantarlo y no quiero confirmar los rumores.

—Eso está hecho—le aseguró Hermione sonriendo.

En ese momento Parvati y Lavander salieron del baño indicándoles que ya era hora de dormir.

Al día siguiente, Andrea y Hermione se encontraron con Harry y Ron en la sala común antes del desayuno. Con la esperanza de ganar apoyo para su teoría, Harry se apresuró a contarle lo que Malfoy había dicho en el expreso de Hogwarts.

—Es evidente que presumía delante de Parkinson, ¿no? —terció Ron antes de que ella pudiera opinar. Andrea se encogió de hombros al ver que intentaba ganar su apoyo.

—Bueno —vaciló Hermione—, no sé... Es muy propio de Malfoy aparentar más de lo que es. Pero eso es una mentira muy gorda...

—Exacto —convino Harry, aunque no insistió porque había demasiada gente que intentaba escuchar su conversación o simplemente los observaba y cuchicheaba con los demás.

—¿Nunca te han dicho que señalar con el dedo es de mala educación? —le espetó Andrea a un alumno bajito de quinto cuando los cuatro amigos se pusieron en la cola para salir por el hueco del retrato.

El chico, que estaba murmurándole algo a un amigo, se aterrorizó al verla y, con el susto, tropezó y se cayó por el hueco. Ron rió por lo bajo y dijo: