Después del entierro

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Capítulo 36

Por encima de las torrecillas del castillo empezaban a verse fragmentos de un cielo azul intenso, pero esos indicios de la proximidad del verano no animaron el ánimo decaído que tenía Andrea tras ver los recuerdos de su madre.

Las pesadillas habían vuelto con fuerza y las noches sin dormir se habían vuelto numerosas. Había guardado todo lo que Dumbledore le había entregado con mucho cuidado en el lugar más seguro de su baúl.

Tras buscar un sitio resguardado les había contado lo que había visto en el pensadero a sus amigos, pero había sido con Hermione cuando había contado los detalles y como se había sentido, incluso mostrándole la herida que ella misma se había hecho.

Por una vez no se lo había guardado para ella misma y Hermione no dudó en dormir con ella algunas noches en las que se sentía tan sola.

Se había olvidado del recuerdo de Slughorn, pero para eso ya estaba Harry, el que se sentía fracasado tanto en sus intentos de averiguar qué tramaba Malfoy como en sus esfuerzos por trabar una conversación con el profesor de pociones que, de alguna manera, diera pie a que él les revelara ese recuerdo que al parecer había ocultado durante décadas.

—Hermione relájate el examen te va a salir bien—insistió Andrea con calma.

Estaban ella, Harry y Andrea sentados en un rincón soleado del patio, después de comer. Leían un folleto del ministerio de Magia: Errores comunes de Aparición y cómo evitarlo, porque esa misma tarde iban a examinarse junto a Ron, que Andrea suponía que debía estar junto a Lavander o huyendo de ella.

Harry tomó la botella de agua y le dio un trago en el momento que Hermione preguntaba súbitamente:

—¿Creéis que Ron y Lavander se han acostado?

El chico se atragantó con el agua y Andrea alzó la cabeza mirándola sin saber si la había oído bien, con una mano palmeó la espalda de Harry.

—No lo sé—contestó la muchacha bajo la atenta mirada de Hermione—no es algo de lo que suela hablar con Ron.

La mirada de Hermione se posó en Harry esperando una respuesta, él todavía seguía tosiendo.

—No me ha dicho nada—confesó Harry, Andrea no supo si mentía o no, podía haber sucedido y él no lo diría por no hacer daño a su amiga.

—¿Y tú? —preguntó de nuevo Hermione mirando a Andrea— ¿lo has hecho con Fred?

Andrea la miró sorprendida, preguntándose en qué momento Hermione había decidido que la conversación debía tratarse sobre su vida amorosa y que eso sería buena idea.

—No—admitió, aquello no la avergonzaba, no se había parado a pensar mucho en ello con todo lo que estaba pasando, pero eso pareció sacar a la luz un montón de inseguridades que desconocía— no ha surgido el momento, nunca estábamos solos.

—¿Y lo harías si te lo propusiera?

—¿No quieres preguntar a Harry, Hermione? —preguntó la chica sonriendo de lado, tratando de mostrarse desinteresada a pesar de que empezaba a sentirse incómoda. Hermione la miró suplicante y ella se encogió de hombros—Sí...supongo que sí.

—¿Y tú, Harry?

Él creía que se había librado de responder, pero la curiosidad de Hermione no estaba saciada.

—Yo...bueno Fred no es mi tipo.

Andrea comenzó a reírse liberando la tensión y los hombros de Hermione bajaron un poco indicando que trataba de relajarse.

Andrea Bletchley y el príncipe mestizo ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora