La victoria de Snape

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Capítulo 14

Andrea se quedó quieta por unos segundos incapaz de mover un músculo. Contemplaba la puerta por la que Malfoy había desaparecido. ¿Sería capaz de decírselo a todo el mundo? Andrea quería pensar que no, porque eso mismo le delataría, pero no podía evitar pensar que no parecía muy asustado de que eso también pasara.

Una niña de tercer año pasó apresuradamente a su lado recordándole que es lo que realmente hacia allí. Andrea volvió a dirigir su mirada a la puerta con la cortina bajada y caminó hacia el pomo.

Abrió la puerta lentamente observando el compartimento aparentemente vacío. Dirigió su vista a donde Harry se había subido, pero incluso sabiendo que llevaba la capa invisible Andrea supo que no estaba en la rejilla del equipaje.

Se agachó poco a poco y estiró la mano tanteando el suelo tratando de encontrar la capa. Un rastro de sangre llamó su atención, la mancha se cortaba abruptamente en una línea perfecta.

Rápidamente Andrea dirigió la mano hacia allí agarrando algo suave y ligero, con un tirón destapó a Harry para encontrarlo tumbado en una extraña posición con las manos y piernas hacia arriba. Andrea miró desconcertada como la sangre brotaba de su nariz resbalando por su cara y manchándolo todo mientras se apresuraba a sacar su varita.

—¿Se puede saber que te ha hecho? —le recriminó ella bajando la varita que emitió un rayo rojo  golpeando la cabeza del chico.

En cuanto lo hizo Harry recuperó el movimiento y se levantó con tanta inercia que cayó sobre ella manchándola de sangre.

—¡No te ayudo para que encima te tires sobre mí! —exclamó Andrea apartándole y tratando de quitarse la sangre impregnada en su sudadera.

—Lo siento—murmuró Harry mientras la ayudaba a levantarse y recogía su varita que debía habérsele caído—¿Dónde estabas? Pensaba que vendrías ayudarme en cuanto Malfoy saliera, y de eso ya ha pasado un rato.

Andrea se quedó en silencio recordando el pequeño enfrentamiento que había tenido con el chico. Abrió la boca para responder, pero la puerta del compartimento se movió y ambos se volvieron con la varita levantada.

—Hola, Harry. Hola Andrea

Tonks se encontraba en la entrada recogiendo la capa invisible que Andrea había tirado al ayudar a Harry.

Andrea miró a la ventana y vio que el tren se había puesto de nuevo en marcha. La auror también parecía haberse dado cuenta.

—Tenemos que salir de aquí ahora mismo —dijo la bruja mientras el vapor empañaba las ventanas del tren, que ya salía de la estación—. Corred, saltaremos.

Andrea y Harry la siguieron por el pasillo. Tonks abrió la puerta del vagón y saltó al andén, que parecía moverse más deprisa a medida que el convoy ganaba velocidad. Andrea la imitó y cayó a su lado rápidamente recuperando el equilibrio. Harry saltó el último y aterrizó trastabillando, pero se enderezó a tiempo de ver cómo la reluciente locomotora de vapor de color escarlata aceleraba y se perdía de vista tras una curva.

El frío nocturno la alivió un poco, al menos ahí no estaba encerrada, se fijó en Harry que parecía abochornado, pero tampoco dijo nada. La bruja, impasible, le devolvió la capa al chico y preguntó:

—¿Quién ha sido?

—Draco Malfoy —contestó Harry con amargura—. Gracias por... bueno...

—De nada —repuso Tonks sin sonreír.

El andén estaba en penumbras y no se veía muy bien, pero a Andrea le pareció que la bruja tenía el cabello desvaído y un aspecto tan triste. Había cambiado mucho desde el curso pasado, se dio cuenta de que ni siquiera la había visto en todo el verano.

Andrea Bletchley y el príncipe mestizo ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora