What we thought was lost

18

Jimmy's POV.

Observó toda la naturaleza que me rodea.

—¿Está todo bien?

Suspiro—Sí—le respondo a Danny colocándose junto a mí. 

—Pues no parece.

De nuevo suspiro—es que, no lo sé.

—¿Qué no sabes?

—No sé si estoy haciendo bien o mal—le respondo—por primera vez, le pude decir lo que siento—pero guardó silencio—en medio de todo esto.

—Entiendo cómo te sientes...

—No, no sabes lo que siento—digo con un nudo en mi garganta—siempre la ame, desde que éramos unos niños—necesitaba sacar todo lo que llevo por dentro, de nada me servía aparentar estar tranquilo, cuando por dentro estaba lidiando con una tormenta.

>>Y ahora, arruine todo. Estoy comprometido con su horrible hermana y a la espera de un bebé que obviamente no tiene la culpa de que su mamá sea una bruja.

>>No me arrepiento de mi bebé, pero sí de la madre que va a tener.

—Vaya, no sabía que pensaras eso—La voz del padre de Peyton y Summer, se escucha detrás de mí.

—Señor....yo lo siento.

—Los dejare solo—dice Danny, para luego marcharse.

—Soy todo oídos muchacho.

—No sé qué decir señor.

—Por favor Jim, te conozco desde que eras un niño y sé cuándo mientes.

—No quiero casarme con Peyton—el me mira, muy tranquilo—pero es mi deber proporcionarle un hogar al bebé que lleva en su vientre.

—¿Qué hay de Summer?

Suspiro—no voy a mentirle, yo a ella la amo—le respondo con un enorme nudo en la garganta—la amo desde que éramos unos niños, por más que intentara alejar a todos los idiotas de ella. No me atrevía a decirle lo que sentía, no quería alejarla de mí.

>>Necesitaba tenerla cerca, aunque sea de amiga y cuando por primera vez me anime a invitarla a salir, todo se arruino...

—Y fue ahí es donde entra Peyton, ¿cierto?

Suspiro—sí, ella estuvo siempre ahí, cuando le quise decir lo que sentía por ella. Pensó que estaba bromeando, eso rompió mi corazón.

Mis ojos se comienzan a llena de lágrimas.

>>Ojalá fuese Summer la que mañana camine hasta mí y diera el sí, ojalá fuese ella la que me diga que me ama y que no puede vivir sin mí, ojalá fuese ella, la madre de mis hijos y no la bruja esa—digo con amargura, pues ciertamente era la culpable de todo lo que estaba pasando, antes y ahora.

—Se cómo te sientes—suspira y mira al frente—cuando conocí a la madre de Peyton, pensé que sería buena opción; pero ahora me doy cuenta cuan equivocado estuve.

—¿Señor?—Le pregunté sin comprender a lo que se refería.

—No es nada muchacho, ¿qué piensas hacer?

—No lo sé, pero supongo que continuar con esto, ¿no?

—¿Eres feliz?

—Lo seré en cuanto tenga a mi bebé entre mis brazos, ahí sabré que todo lo que estoy pasando es por su bien.

—No son quién para decirte que hacer, pero, piensa con el corazón—palmea mi hombro.

—¿A qué se refiere?