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Básicamente mi vida, nunca fue del todo normal. Claro, con Nala y Rose a mi lado, siempre estuvieron ahí para hacer de mis días muy diferentes al anterior.

—¿Que tiene que ver el gnomo? —Me dice haciendo una mueca.

—¿Gnomo? Rose, mide ocho metros más que tu—responde Nala.

—Sí, es cierto, el apodo no es el adecuado, así que, ¿qué tiene que ver la zarigüeya?

—Pero...—Dije para luego reír.

—No puedo con ella—dice Nala, llevando su mano hasta la frente.

Sin importar la situación, sin importar el qué, el cuándo y/o el dónde; Rose y Nala estaban presentes. Por eso, y por tantas razones había decidido quedarme y seguir viviendo mi sueño en compañía de las personas que tanto amo.

—Es un excelente apodo—dice moviendo sus cejas de arriba a hacia abajo, con una sonrisa en sus labios.

Sinceramente, nunca me arrepentiría de lo que hice—pensé, observando a Rose y a Nala lanzándose palomitas de maíz, al mismo tiempo que se reían.

Por otro lado, estaba mi papá, Jimmy y Maite. Por qué me iría ahora que todo estaba marchando bien, por primera vez. Pues, aunque mi papá toda la vida fue y es un papá maravilloso, ahora tendría una madrastra que siempre fue como una madre para mí, dos mejores amigas que están locas; pero no las culpo, y un novio, que, aunque llevemos un par de semanas juntos me siento bien a su lado.

Cada recuerdo que me dejo Samantha y su hija, poco a poco han sido reemplazados por muchísimos recuerdos hermosos, dejando de lado aquella niña infeliz y dando paso a una mujer totalmente diferente, una que aprecia más lo que tiene, lo que puede tener y lo que vendrá. Esa persona que jamás se rindió, hoy es más fuerte.

—Tierra llamando a Summer—Miro a Rose.—¿A caso Jim te tiene en la Luna?—Se burla.

—No, solo estaba pensando en algo. Por cierto, ¿aceptaste salir con Nick?

Rueda los ojos—aquí vamos.

—Vamos Rose, solo es una cita. No es como si te estuviera pidiendo que se casen.

—Lo sé, es solo que...

—¿Qué? —Le pregunto, esperando una respuesta sincera de su parte.

—Y si él no es como yo lo imagino, y si solo es un desastre. Ustedes saben cómo soy.

—Eso no pasará—me mira, fijamente—y si pasa, pues, tendrás una y miles de oportunidades, porque no es el único pez...

—¿De verdad? Pez—me dice, divertida—¿No había otra analogía?

—No, —miro fijamente—en fin, irás y no acepto un "no" como respuesta.

Suspira—¿Ya es tiempo, no es así?

—Sí, el no volverá. —Le dije, refiriéndome al idiota del que Rose estaba enamorada, al mismo idiota que un día la rechazo. Aun recuerdo aquella noche; esa noche, cuando por primera vez mi mejor amiga se animó a decirle que sentía cosas por él.

—Además, el idiota no te merece.

—Pero, dijo que...

—Puede que haya dicho que no estaba preparado para tener una relación, pero mi vida, no te merece. Si él, al menos sintiera algo por ti, ¿no crees que ya te lo hubiera dicho?

—¡Nala!—Golpeo el brazo de mi otra mejor amiga.

—¡Solo digo la verdad!—Toma del brazo a Rose, haciendo que se levante y caminen hasta el espejo de cuerpo entero que estaba en mi armario.—Mírate, eres hermosa, inteligente, eres...perfecta, y no lo digo porque seas mi mejor amiga, lo digo—me fui acercando a ellas poco a poco—porque te conozco, lo digo porque eres una persona maravillosa que merece lo mejor y no a un idiota que no valora lo que tiene frente a él y no quiere ver.

What we thought was lostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora