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Lamentablemente, la primera clase de mi hermana no había salido bien, ocasionando que su estrés aumente y se sienta mal—sus palabras, no las mías.

—Juro, que, si vuelvo a otra clase de estas, voy a lanzarme de un avión y sin paracaídas—nos dice, cansada y enojada.

Nala y yo habíamos tomado la decisión de irla a buscar y llevarla a comer pizza, para que se relajara un poco y olvidará por completo las tontas clases para la ira—no es para tanto—dice Nala, burlándose.

Rosie entre cierra los ojos—Quiero verte en una de estas clases.

—No, gracias. Así estoy bien.—Sonríe Nala.

—Te odio Nala.—Murmura.

—Sabes que me amas.

—Es que, no es justo.—Se queja.

—La vida no es justa—Nala responde, aguantando las ganas de reírse.

Rosie, respira profundo—Bien, muero de hambre o ¿nos quedaremos aquí hablando de estas estúpidas clases?

—Sub...

—¡Yo conduzco!—Dice Rosie, emocionada.

—¡No!—Dijimos Nala y yo, al mismo tiempo asustadas.

Se cruzada de brazos—¿De verdad? No es como si, no supiera conducir.—Con su tono de sarcasmo.

—No dijimos eso, solo pensamos que conduces como ebria recién salida de un bar—dice Nala, este comentario hizo que mi hermana rodara los ojos con molestia.

—Tonterías, soy mejor conductora que eso.

—De hecho, quiero seguir viviendo, así que conduzco yo. —Me ofrezco.

—Pido al frente. —Dice Rosie, rápidamente.

—¡Es mi turno! Además, es mi auto—habla Nala.

—Y yo soy la amiga triste que llora por ir a clases de control de ira, deberías ser considerada—dice fingiendo tristeza.

—¡Lo soy!—Se defiende Nala.

Ruedo los ojos—¿Cuándo será el día que no discutan?

—¿Nunca?—Me sonríe—además nos amas así.—Elevo mis hombros—y voy adelante, es mi última palabra Nala.

Rueda sus ojos—Como sea, muero de hambre.

Tomo las llaves del auto y me voy al asiento de la conductora, a los pocos segundos se sube Rosie en el asiento del copiloto y atrás Nala.

—Es tonto ir atrás.—Murmura Nala.

—Siempre voy atrás.

—Niñas, ¡basta! —Algunas veces, siento que soy la mamá y ellas mis hijas.

—Sí mamá—susurran ambas al mismo tiempo.

—En verdad que a veces se pasan.—Murmuro.

Eleva los hombros Rosie—no importa, es divertido hacer enojar a Nala—mira por la ventanilla con una sonrisa en sus labios.

—Al menos no estoy enamorada de dos hombres a la vez—murmura Nala.

—Debe ser una broma—susurra Rosie.—¿Por...por que sacamos a Nick y a Danny en esta conversación?—Se cruza de brazos.

—Pensé que solo había lugar para Nicky.—Digo, divertida.

—Lo dice la que tiene sexo en el sofá—dice Nala—¡rayos! Me senté esta tarde ahí—hace una cara de asco.

What we thought was lostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora