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Jimmy y yo habíamos salido al jardín trasero; este es más grande que el que teníamos en nuestra antigua casa. Siempre entendí, que mientras el hogar de un oficial esté dentro de las instalaciones, basándose en el rango de esté, se le era asignado una casa.

Pero, esta era hasta doble de que teníamos en Chicago.—¿Summer?

Miro a Jimmy—Lo siento, es hermoso—me refiero al jardín, que tiene un laberinto de arbustos con rosas. Una piscina justo a nuestra izquierda.

—Sí lo es—Susurra.

—¿Qué sucede Jimmy? ¿Qué haces aquí? —Le pregunto, sin entender.

—Eso—toma aire profundo—Summer, yo...yo te amo—mi corazón se acelera, mis manos comienzan a temblar y mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas.

¿Esto en verdad estaba sucediendo?—Pensé.

—¿Qué? Espera...¿Qué?

—Sí, yo...

—¿Yo qué Jimmy? —Le pregunto enojada—¿a qué viniste?

—A pedirte que te quedes conmigo, sé que suena egoísta y que no soy nadie para decirte esto, pero no te vayas, yo...yo te necesito conmigo.

—¿Por qué ahora? Lo haces porque escuchaste los rumores.

—No, no es eso.

—¡Sí es eso! —Mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas.

—No, no lo es—me responde, firme.

—Porque ya no tengo miedo. —Al mirar sus ojos, esos hermosos ojos me pude dar cuenta de que se comenzaban a llenar de lágrimas.

—¿De qué hablas? —Pregunté confundida.

—Sí, de que hablas—Escucho la voz de Nala, entre la oscuridad, luego un golpe—digo, miau—intente no reírme.

—Debe ser una broma. —Susurro.

—Sí...Digo no.

—¿No? o ¿Sí? Explícame, porque no estoy entendiendo nada y muero de hambre.

—Somos dos—dice Rose—digo, miau. —Cierro los ojos, pensando en que un día este par iba a matarme.

Al abrir los ojos, mire a Jimmy.

—¿Estás bien?

—¿Miedo a que Jimmy?

—Todo lo que hice, lo hice, pensando en ti y en lo que sería mejor para ti.

—¿De...de que hablas?

Suspira—Hace poco, te iba a pedir que fueras mi novia—y aquí, morí—Summer, ¿Summer, estás bien?

—¿Por qué...por qué no me lo pediste? —Le grito. Al mismo tiempo, que golpeo su brazo. —Eres un idiota—le dije, sin dejar de golpearle—¿Sabes, cuanto esperé para que me pidieras que fuera tu novia?

—Yo...yo lo siento—me detento y lo miro.

—¿Lo sientes?

—Sí, yo...

—¿Qué sientes? —De nuevo, le golpeo—te odio Jimmy.

—Eso, dale más fuerte—dice Nala.

—Y después la Rose es la salvaje—dice mi otra mejor amiga.

Me detengo—¿Por qué no me lo pediste?

—Porque Peyton...

—¿Qué tiene que ver ella en todo esto?

What we thought was lostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora