Capítulo 58
Luigi ensanchó su sonrisa pícara ante la sorprendida expresión de Nuray, quien aún lo contemplaba sin decir nada ,con Yusuf tras ella, unos pasos alejado del umbral de la puerta.
Russolo no esperó a que la chica hablara, pasando directamente a besarla con fervor, para después tomar la palabra con ironía, mirando sus ojos.
-Yo también me alegro de verte, Flor del desierto.
-Te hacía en Constantinopla aún. –Dijo la joven al fin, obteniendo una nueva sonrisa por parte del moreno.
-Tengo noticias importantes que compartir. Mis días en Constantinopla terminaron cuando tú te marchaste.
Nuray se hizo a un lado para dejarlo pasar, mientras Tazim carraspeaba ante la dirección que volvía a tomar el veneciano en la conversación, disuadiéndolo del halo romántico al reparar en que estaba allí.
-Hola, Yusuf. Me alegro de verte. –Saludó Russolo con una leve sonrisa burlona, que el turco correspondió con un seco e irreal igualmente. Nuray volvió a intervenir.
-Bueno, Luigi. ¿Qué es eso tan importante que te ha traído hasta aquí?
-¡Qué prisa! Vayamos por partes, Flor del desierto. ¿Qué ha ocurrido con Auditore? –Preguntó mientras se sentaba en una de las sillas, mirando a la pareja.
-Ha sobrevivido. Despertó hace unos días y se va recuperando.
-Estupendo –añadió el veneciano a la respuesta de Yusuf, volviendo dirigir sus ojos a Nuray-. Deduje que todo fue bien en cuanto vi tu semblante. Y ahora pasemos a la información que me ha traído aquí. Sé dónde está el fragmento que os han arrebatado. Volví a Venecia y estuve trabajando con Antonio y sus hombres; me pidieron ayuda para investigar a un cardenal español, al parecer muy amigo de César. Él esconde el fragmento en su villa de Padua.
-¿El fragmento está en Italia?
-Eso es, mi Flor del desierto.
-¿Cómo lo has averiguado? –agregó Yusuf con el ceño levemente fruncido, desconfiando.
-Antonio conoce la eficacia de mi trabajo para acercarme a quien sea sin llamar la atención. Me contó todo lo que sabíais hasta el momento y me pidió ayuda para investigar a ese tal Mendoza, y pronto descubrí lo de la villa y que para ser una residencia para ciertas ocasiones de descanso, había un movimiento inusual en ella. El mismísimo cardenal ha viajado desde su país, dejando desatendido su trabajo de confesor real para asentarse en ella y viajar al Vaticano, donde César intenta recuperarse para volver al mando de sus ejércitos.
-Entonces lo habrá llevado al castillo, es mucho más seguro. –Dijo Nuray mientras se cruzaba de brazos, pensando en las posibilidades.
-Eso pensé yo, querida, pero nadie ha visto que el Fruto haya sido transportado. Si lo piensas no está mal pensado. ¿Quién iba a imaginar que lo dejarían en un lugar menos seguro? No obstante, ese español no es ningún idiota. El lugar parece tranquilo y sin protección, pero las cosas no son para nada así por lo poco que hemos podido descubrir.
-¿Por qué trabajas en este asunto tan peligroso y complejo? No creo que el salario que puedan pagarte los venecianos sea suficiente para tal tarea.
Russolo sonrió ante el comentario de Yusuf, mientras se levantaba de la silla y se dirigía a la puerta, deteniéndose para responder antes de marcharse.
-Aunque sea un mercenario sin nadie a quién servir, tengo escrúpulos, Yusuf. Estoy con los asesinos. Comprendo bien lo que todos nos jugamos si los templarios consiguieran el Fruto del Edén al completo. No soy un traidor, puedes estar tranquilo. Me hospedaré hasta el jueves en la posada de la plaza para después volver a Venecia, y trabajar en el plan de asalto a la villa –habló cambiando de tema, agarrando el picaporte de la puerta-. Espero que podamos ponernos al día antes de que me vaya, Flor del desierto.
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Si nunca te hubiera conocido
FanfictionLa lucha de Ezio contra César Borgia parece no tener fin, pero sus misiones para hacerse con el fruto del Edén le conducirán, no sólo a intentar salvar el mundo, sino a conocer a una asesina en Estambul de la que se enamorará. Su vida cambiará compl...