Capitulo 33
Ezio volvió a releer la carta que le habían entregado aquella mañana, mientras esperaba impaciente en la casa de Nuray a que ella y Yusuf regresaran de la misión que les había ocupado toda la tarde.
El italiano no había tenido tiempo de contarles las novedades de las que Sforza le informaba, ya que no había visto al turco desde que se había ido temprano en la mañana, y a Nuray desde que salió tras que el chiquillo entregara el escrito.
Ezio suspiró para calmar su aflicción al tener que estar escondido hasta que se recuperara físicamente, y decidió centrarse de nuevo en las palabras escritas por Caterina.
"Querido Ezio:
Hace muchos meses de la última vez que nos vimos, y esos patanes atacaron villa Auditore.
Sé que tus misiones te han llevado a Constantinopla para enmendar que César se pusiera delante de nosotros, pero confío en que estás bien, ya que las malas noticias vuelan.
Por Forli las cosas no van muy bien. Los templarios nos acosan e intentan hacerse con mis tierras, sobornando y poniendo en mi contra a los nobles. Gracias a mi ejército sé que aún no se han atrevido a asaltar la ciudad, pero es cuestión de tiempo, y por eso te pido ayuda para que Forli no caiga en manos de César.
Además, mis hombres de confianza han sabido que los templarios andan en la pista de un fragmento del Edén nuevo. Creía que sólo había uno, no entiendo bien qué pasa... espero que sepas más que yo, y puedas ponerme al día. No me he atrevido a darte todos los datos que sé por si esta carta es interceptada.
Te espero en Forli, Ezio; y ten por cierto que no pienso en otra cosa más que en tu llegada para poder acabar lo que dejamos a medias aquel día en tu cama. Caterina."
El hombre plegó el papel mientras no podía evitar sonreír ante el cierre de la carta, recordando cómo era el carácter de la mujer. Iba a decepcionarse mucho cuando descubriera que sus encuentros y sus juegos de seducción habían acabado.
Mientras guardaba la carta en uno de los bolsillos de su pantalón oscuro, la puerta de la casa se abrió, dando paso a la pareja de asesinos, quienes murmuraban mientras comenzaban a deshacerse de sus capas de abrigo. Ezio se levantó rápido de su asiento.
-¡Por fin llegáis! Tengo nuevas noticias.
-Estupendo, porque nosotros no hemos conseguido nada nuevo. Hemos informado a los hombres, y nos hemos ocupado de asuntos pendientes. –Agregó Yusuf mientras se acercaba a la mesa, sirviéndose agua de una jarra cercana.
-Recibí una carta poco después de que tú te fueras –dijo poniéndole en situación–. Era de una de mis aliadas en Italia, una condesa de la región de la Romaña. Me pide ayuda porque los hombres de César intentan hacerse con el territorio. Y aparte tiene información sobre otro fragmento del Edén.
-Eso es estupendo. ¿Sabe dónde está? –intervino la mujer, tomando siento en una de las sillas, deshaciéndose la coleta alta.
-Parece que tiene pistas, sí. Pero no lo dice en la carta, me informará al llegar. Lo malo es que me ha hecho entender con sus palabras que los templarios también saben, o intuyen, que hay más fragmentos del artefacto.
-Tranquilo, extranjero; no tienen por qué saber que son 4. Además, no creo que sepan dónde están en todo caso. Ten por seguro que sabemos más que esos idiotas.
-Estoy con Nuray. –Agregó el turco mientras se sentaba a su lado. -Entonces de nuevo a Italia. ¿Cuándo salimos?
-Si podemos, mañana mismo. Voy a ir al Cuerno de oro, a ver si lo consigo.
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Si nunca te hubiera conocido
FanfictionLa lucha de Ezio contra César Borgia parece no tener fin, pero sus misiones para hacerse con el fruto del Edén le conducirán, no sólo a intentar salvar el mundo, sino a conocer a una asesina en Estambul de la que se enamorará. Su vida cambiará compl...