Capítulo 91
La ciudad de Roma se hallaba pletórica aquella mañana calurosa donde por suerte una leve brisa soplaba, balanceando suavemente los estandartes y banderas pertenecientes al Vaticano y a su nuevo Papa, quien procedía de la casa de Borgia y había sido elegido por el cónclave, tal y como César había mandado antes de morir para que las cosas siguieran su curso, y su familia pudiera seguir conservando su poder en Italia, y por ende, en el resto de Europa.
Media ciudad se agolpaba ante el balcón donde aparecería el recién investido Papa, aunque todo el mundo sabía de quién se trataba ya, pues los trapicheos de la iglesia desde la entrada del patriarca valenciano tiempo atrás, eran ya algo sabido por todos ante la poca discreción de la familia de Borja, siempre ávida de poder.
Claudia avanzó entre la multitud frente a San Angello buscando con la mirada a su hermano, encontrándolo tras pocos minutos observando hacia el amplio balcón papal como la gran mayoría, pasando desapercibido entre el vulgo con sus ropas corrientes, al igual que ella misma. No llamar la atención era esencial con tanta guardia alrededor, más teniendo en cuenta que los hermanos Auditore eran sumamente conocidos para los templarios.
-Hermano –saludó la mujer colocándose a su lado, hablando con un tono más bajo a continuación-. Todos están listos en sus puestos. Maquiavelo ya está dentro del castillo, y Yusuf se está ocupando del hombre a quién ha robado las ropas. En un minuto ocupará su lugar en las cocinas; parece que puede hacerse pasar por alguien del servicio. Yo entraré por las cocinas en cuanto todo comience. Prométeme que no vas romper el trato y te quedarás fuera del castillo.
Ezio posó sus ojos en los de Claudia tras las últimas y firmes palabras de ella, agregando que lo haría mientras tenía que volver a tragarse la mala sensación por dejar que el resto tomaran parte en las acciones más complejas, pero hacerlo sólo pondría en riesgo el plan por lo conocido que era, además de que no podía dejar que le pasara nada ahora que estaba esperando un hijo, tal y como el resto había comentado para excluirle.
La pareja de hermanos posó la vista de nuevo en el balcón cuando las campanas comenzaron a replicar, y Alejandro VI salió al balcón saludando a las multitudes, seguido por el nuevo camarlengo, el sobrino de Mendoza, y el propio anciano, quien quedó a unos pasos de la pareja mientras el nuevo Papa daba un breve discurso al pueblo sobre el papel de la iglesia y su tarea en seguir el camino de Jesucristo.
-Voy a ir yendo hasta mi posición. Te veré después cuando tengamos el Fruto, hermano.
Ezio no pudo despedirse de Claudia y desearle buena suerte cuando la gente ahogó un grito, haciendo que la pareja de hermanos volviera su vista hacia el balcón para comprobar qué ocurría.
El Papa se llevaba las manos a la garganta mientras trataba de inhalar aire con desesperación, ahogándose irremediablemente mientras perdía el equilibrio y se dejaba caer al suelo luchando por vivir, siendo asistido por los dos hombres que lo acompañaban, quienes no pudieron hacer nada por el hombre, pues halló una rápida muerte ante cientos de espectadores.
-Eso no estaba en el plan. –Murmuró rápidamente Ezio sin quitar la vista de la escena, cuando Claudia volvió a decirle que se iba, pero antes de que pudiera salir corriendo él la agarró de un brazo para detenerla, diciendo que tenían que desistir ante lo que acababa de pasar, ya que la guardia acudiría rápido al interior y les sería imposible acceder al dormitorio de Mendoza.
-¡Ezio debemos seguir con el plan, es una gran oportunidad con todo el revuelo que se está formando! Quédate por aquí y haz tu trabajo mientras vamos a por el Fruto. Avisaré al resto.
El florentino no tuvo oportunidad de rebatirla cuando la joven salió corriendo entre la gente, desapareciendo veloz de su vista, con lo que entre maldiciones volvió a contemplar la escena del balcón mientras Mendoza y su sobrino metían el cuerpo sin vida dentro de la estancia, y sacaban tan escabrosa escena de la vista de todo el pueblo de Roma.
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Si nunca te hubiera conocido
أدب الهواةLa lucha de Ezio contra César Borgia parece no tener fin, pero sus misiones para hacerse con el fruto del Edén le conducirán, no sólo a intentar salvar el mundo, sino a conocer a una asesina en Estambul de la que se enamorará. Su vida cambiará compl...