Capítulo 32

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Adonis entra al edificio cargando a Athea del hombro, temblando de enojo pero sin poder evitar susurrarle a la chica semi inconsciente que todo estará bien

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Adonis entra al edificio cargando a Athea del hombro, temblando de enojo pero sin poder evitar susurrarle a la chica semi inconsciente que todo estará bien.

Adonis cierra los ojos unos minutos para visualizar cual es el camino más rápido para llegar a la habitación pero un dolor dentro de su mente lo hace quejarse.

El chico cae de rodillas junto a Athea.

Los ojos de la chica, cerrados, empiezan a moverse desesperadamente.

—Athea...—Adonis gruñe con dolor, tocándose la cabeza con un ojo abierto que es lo único que el dolor de cabeza lo deja hacer.—¡Athea!

La chica está de rodillas, con las manos en el suelo y el rostro un poco levantado hacia el pasillo.

Adonis como puede intenta acercarse a ella, levantando su temblorosa mano para tocarme el rostro de la chica pero su grito lo sobresalta.

—¡No! ¡Basta! ¡Basta!

—¡Athea!—el chico con los dientes apretados, al sentir el mismo dolor que la chica, estira la mano una vez más pero cuando su palma va a tocar el rostro de Athea, los ojos de la chica se encienden.

La mano de Adonis traspasa el rostro de Athea, como si de una ilusión se tratara.

—No.—se lamenta Adonis asustado.

El chico se acerca más a Athea tratando de tocarla pero es inútil, el chico mira como su mano se desvanece poco a poco.

—¡Athea! ¡Athea!— el rostro de Adonis se va de lado como si alguien lo hubiera abofeteado bruscamente.

El cuerpo de Athea empieza a temblar, su cabello empieza a encenderse y a levitar un poco.

Adonis se levanta como puede, pero todo su cuerpo parece agarrotado.

—¡Athea!—el cuerpo del chico desaparece y vuelve a aparecer al lado de Athea, este estira el brazo con la intención de tocar su brazo pero su cuerpo vuelve a desaparecer, apareciendo a unos metros más alejado de ella.

La chica empieza a quejarse de dolor, sus labios empiezan a ponerse azules como si no respirara y su rostro comienza a llenarse de lágrimas.

—¡Athea!—el grito de dolor retumba por todo el pasillo, logrando así que los cinco chicos que habían decidido seguirlos pudieran decidir luego de un momento, cuál pasillo era el correcto.

El cuerpo de Adonis desaparece una vez más y reaparece siendo lanzado hacia la pared. Por el golpe el chico se queda sin aire, antes de volver a desaparecer una vez más.

Adonis logra ver al grupo de amigos entrando por unos de los pasillos laterales, antes de poder gritarles algo a ellos es un fuerte grito de dolor que sale de su garganta al sentir un dolor tan insoportable por todo su cuerpo.

Los cinco chicos se quedan paralizados quejustamente estaban cruzando por el pasillo que escuchan como Adonis y Athea, al mismo tiempo comienza a gritar con dolor.

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