Capítulo 22

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Los estudiantes empiezan a pasar a mi lado, todos con sus atuendos de deporte, susurrando sobre los avances que harán, sobre lo fuertes que ya son y sobre quien se rendirá primero en lo que parece ser una muy difícil materia

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Los estudiantes empiezan a pasar a mi lado, todos con sus atuendos de deporte, susurrando sobre los avances que harán, sobre lo fuertes que ya son y sobre quien se rendirá primero en lo que parece ser una muy difícil materia.

Athea los escucha atentamente, logrando ver ante sus ojos algunos recuerdos de los estudiantes. Analizando que tan difícil y doloroso es esta clase en particular.

Chicos gritando de dolor, chicas desmayándose. En resumen todos están realmente nerviosos y asustados. Y en este caso, Athea esta igual.

Sabe bien que a pesar de ser la única materia que realmente podría ayudar a mejorar a todos los estudiantes, es la más peligrosa de todas.

Por que, aunque odie admitirlo, las palabras del director se repiten una y otra vez en su mente. "Tu poder podría destruirte, y a todos en el proceso", y, aunque sinceramente la parte de destruirse no le importaba ni en lo más mínimo, no sabe como se sentiría si al llegar a su muerte se llevara a miles con ella.

"Tenemos que hablar con el director" habla Adonis, logrando que el leve susurro con molestia retumbe en la mente de la chica de cabello morado.

Athea asiente, sabiendo que por mucho que le moleste, piensa que hablar con el director y preguntarle que es lo que debería de hacer, es lo mejor que puedehacer.

Ella sabe controlar su poder, o al menos no explota tan seguido como antes. Pero según las palabras del director no ha llegado ni a la cuarta parte de todo el poder que vibra en su cuerpo. Lo que, al soltarlo para que su cuerpo se acostumbre, podría resultar una catástrofe.

Athea camina por los pasillos, tratando de concentrarse y no dejarse llevar por los nervios y la angustia que cada uno de los estudiantes desprende.

Athea levanta su mirada al notar que los pasos de los estudiantes no son más que un ruido lejano. Mira que del otro lado del pasillo están las escaleras así que empieza a caminar hacia ellas.

Pero, atrayendo toda su atención, dos voces hacen que sus pies cambien de rumbo. Y de nuevo, emoción y gracia brillan en sus ojos.

"Athea, no es momento para..."

La chica lo ignora, haciéndolo callar, agudizando más su oído para escuchar lo que pare ser una conversación demasiado interesante.

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