El silencio reina el salón de clases, todos los murmullos y teorías han quedado en el olvido durante mi pequeña confrontación contra el chico rubio, que parece saber mucho y alardear por ello.
Todos se quedan expectantes, esperando que cualquier cosa pase, que finalmente la chica nueva muestre su misterioso mun.
Noto como sus corazones se aceleran, su emoción aumenta y sus ojos se abren más y más para no perderse ningún detalle. Lo cual es raro, si fuera ellos y sintiera a un MUNIS con un nivel de poder tan bajo como el que estoy mostrándoles, no esperaría mayor cosa de su mun.
Aunque, pensándolo bien, el guardia que controlaba piel es realmente impresionante.
Mi mente se desconecta un poco, cuando logro concentrarme me doy cuenta que sigo delante de los estudiantes, que poco a poco comienzan a impacientarse. Algunos chasquean la lengua con molestia, tomándome como una perdida de tiempo.
Mi respiración comienza a ser más brusca, impregnándome de su mala vibra y de su impaciencia. Sin embargo ellos lo malinterpretan, y ríen un poco al pensar que respiro así porque estoy esforzándome, por hacer lo que sea que haré.
El tiempo pasa y aun no sucede nada mientras que todos empiezan a verme como una rara.
—¿Hablas enserio? ¿Justo en este momento vas a decidir dejarme esperando?—le pregunto molesta a Adonis.
Su risa rebota en mi mente y entiendo que es porque lo dije en voz alta y no en mi mente como planeaba hacerlo.
Todos en la clase empiezan a reír y a murmurar, muchos de ellos confirmando que la chica nueva está loca.
Cierro los puños, molesta con Adonis por hacerme esto y conmigo misma por estar tan concentrada en no hacer que mi poder pase de una cantidad mínima logrando que no pueda controlar cosas tan simples como hablar en mi mente.
Mi piel empieza a picar por la frustración.
La profesora nota que me exalto un poco y se levanta nerviosa para tratar de tranquilizar a la clase.
—Pero qué maleducados son todos por reírse de la nueva.—la voz de Adonis al fondo de la clase hace sobresaltar a todos.
Las risas y los murmullos paran inmediatamente y todos voltean a ver al chico de cabello negro.
Ruedo los ojos al verlo, esta vez Adonis decidió usar el uniforme del colegio, un saco negro con los pantalones del mismo color, el saco lo tiene abierto y la camisa dentro de está exageradamente abierta, dejando ver su pecho. Las mangas las tienen arremangadas y una estúpida rosa descansa en la bolsa del saco. Pero lo que más llama la atención son sus luminosos ojos morados que destellan.
Realmente se preparó para la ocasión.
—Athea, dime porque me miran tanto.—dice Adonis, sorprendiendo a todos por desaparecer y aparecer detrás de mí, ocultándose detrás de mi exageradamente, sin dejar de ver a los alumnos con una gran sonrisa burlona.
ESTÁS LEYENDO
MUNIS
FantasyHubo una explosión. Solo eso. Una explosión que calló a todo el mundo. Las risas, los parloteos...Todo quedó en un profundo silencio. Nadie se imaginó que los problemas comenzarían, que la tranquilidad de sus vidas sería eliminada tras esa explosió...