Capítulo 5

71 30 207
                                    

La puerta se cierra detrás de mí y un peso gigante se quita de mis hombros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La puerta se cierra detrás de mí y un peso gigante se quita de mis hombros.

Me volteo hacia la puerta y me sorprendo al darme cuenta que ya no logro sentir a nadie, ni uno solo de los estudiantes, nada, ya no hay nada.

—Bloquea cualquier poder de afuera, que buena manera de tener privacidad.—digo sin poder evitar tocar la puerta, Adonis chista recostado en la pared, completamente aburrido.—Cuando volvamos a casa necesito rodear todo con esto. Así evitar a las personas de afuera.

—Claro como si fuera posible que él no deje irnos a casa.— se burla y yo ruedo los ojos.

Me giro ignorándolo y observo lo que hay delante de mí.

Unas luces iluminan el oscuro lugar. A pesar de que esperaba un largo pasillo lo que encuentro frente a mí es una escalera en espiral, construida con la misma piedra del colegio.

—Esto no se veía desde afuera. — dice Adonis tratando de ver más allá de los primeros pisos, la poca iluminación no permite ver más que un par de escalones.

—Él la escondió, pero el colegio tiene una torre, una torre que solo él puede ver.

— Brillante. — admite.

—Predecible, como siempre—le respondo y el rubio chico a mi lado bufa ante mi falta de emoción.—Cambiate, no puede verte así.—le digo y él mira su atuendo.

Unos shorts cortos y una camisa con el nombre de una banda vieja, una que ni él conoce pero vio a uno de los estudiantes.

—No planeo verlo, para eso está tu, representante de ambos.

—Él querrá verte. — le digo, Adonis comienza a mover sus brazos bruscamente de lado al lado, queriendo negarse pero sabiendo bien que tengo razon, desaparece resentido.

Bufo al ver la enorme cantidad de escalones.

—No pienso subirlas caminando. — digo pensando en todo lo que tuve que subir desde el comedor.

Doblo mis rodillas tomando impulso antes de saltar y llegar hasta el último piso.

Me mareo un poco cuando mis pies tocan el suelo. Mi vista se pone un poco borrosa y destellos morados aparecen en mi visión.

Analizar el poder de cada uno de los estudiantes realmente me ha agotado.

Me obligo a controlarme. Tomo fuerzas de donde encuentro antes de acercarme a la puerta dorada frente a mí.

Antes de siquiera tocarla esta se abre y todos mis sentidos se ponen alerta.

— Entra. — ordena una voz desde dentro. Me enderezo y tomando valor entro.

Las grandes puertas se cierran detrás de mí, luego de entrar, sin dejarme tiempo para arrepentirme.

Respiro pausadamente unos segundos antes de mirarlo.

MUNISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora