Mucha información, había entrado demasiado información en mi cerebro y a pesar de que a pasado un par de días desde la noche que pasé en el cuarto de Athea aun así no he logrado procesar nada.
Es una gran mezcla de sentimientos y aún no logro que mi energía se tranquilice lo suficiente como para poder conectar la información que la chica me ha dado.
Lo peor, es que, por alguna razón, siento que necesito hablar con ella, pero ella parce querer evitarme a toda costa.
La pregunta aquí es, ¿podré encararla, cuando finalmente logre que me preste atención ¿lograré decirle lo que pienso?
A mi mente vienen la conversación con Gea y el peso sobre mis hombros parece crecer y crecer más.
Sé que tengo que explicarles lo que Athea me ha compartido, pero eso significa explicarles lo que viví con mi madre y aún no estoy listo.
Giro nuevamente por el pasillo decidido a encontrarme con Athea, pero por desgracia es con un pelinegro con chaqueta amarilla que se hace presente.
Eneas está frente a una ventana. Observa a lo lejos y por algún motivo mi energía se hace completamente negativa.
Me acerco a él molesto y lo obligo a que me mire.
—Dime cuál es tu relación con Athea.—mis palabras salen de mis labios tan rápido que yo mismo me sorprendo.
La sonrisa de Eneas me irrita más.
—No te queda el papel de novio celoso.—me molesta y mis venas empiezan a ponerse amarillas.
—Deja las bromas. Has estado detrás de Athea desde el inicio, como si la conocieras, como si quisieras revelar algo de ella. ¿Qué sabes?
—Bueno, bueno...—Eneas pone sus manos sobre las mías, haciendo fuerza para que yo quite mi agarre, sus ojos se vuelven negros, me quejo un poco al sentir como empieza a absorber mi poder.— Tienes que tener un poco de cuidado Bemus, quieres saber cosas que son más grandes de lo que piensas. Es mejor que te quedes fuera, tú y tu grupito de amigos no podrían soportarlo. En vez de estar tratando de averiguar algo que no podrás aguantar mejor cuida tus amiguitos, que como tú, están haciendo preguntitas que no les incumben.
Eneas me empuja, limpia su chaqueta y camina por el pasillo luego de mirarme furioso.
Veo como cruza en el pasillo.
Miro la ventana frente a mí con la respiración agitada, me acerco a ella y confirmo lo que sospechaba, Athea está caminando con Adonis en el jardín, bajan de la colina con la intención de entrar al colegio.
Miro el pasillo por donde se fue Eneas, camino hacia el mismo camino, estando seguro de que al encontrarme a Athea, el chico de chaqueta amarilla estará cerca.
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MUNIS
FantasyHubo una explosión. Solo eso. Una explosión que calló a todo el mundo. Las risas, los parloteos...Todo quedó en un profundo silencio. Nadie se imaginó que los problemas comenzarían, que la tranquilidad de sus vidas sería eliminada tras esa explosió...