Capítulo 28

15 3 11
                                    


¿Han pensado en el día de su muerte? ¿En cómo sería? ¿En qué sentirían?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Han pensado en el día de su muerte? ¿En cómo sería? ¿En qué sentirían?

No puedo negar que es un pensamiento que está más presente dentro de mi cabeza de lo que la gente podría considerar normal.

No es algo que me moleste, ni que evite en dado caso.

Y aunque en otras ocasiones he aceptado la muerte cuando me la sirven en bandeja de plata.

Hoy no aceptaré la muerte que él me está ofreciendo.

Cuando mi nombre salió del los labios del profesor Areleous, yo fui la única que no estaba sorprendida.

Aunque no puedo negar que si pensaba tener un poco más de tiempo siquiera para intentar huir.

Lastima.



Los alumnos empiezan a crear un camino para mí pero yo me rehúso a moverme un milímetro.

Miro al profesor que sin insistir me devuelve la mirada.

Nadie dice nada y luego de un largo tiempo en que ni él ni yo queremos realmente ceder él pierde cuando sus labios se abren.

—No me hará repetirlo otra vez.—dice claro y firme, una voz totalmente ajena a sus ojos llenos de burla.

—Estoy bien donde estoy, muchas gracias.—digo poniendo mis manos en mis bolsillos, ignorando el sonido de indignación que soltaron muchos de los alumnos.

Noto como una chispa de furia brilla en los ojos del profesor Areleous, sin encontrar mi respuesta en lo más mínimo divertida.

Noto cómo quiere volver a soltar una orden pero yo hablo más rápido.

—Creo que seria mejor que otros pasen antes, así sabré que hacer, ya sabe, soy la chica nueva y eso.—digo encogiéndome de hombros con una mirada cansada.

"No me obligues, no me obligues"

Las palabras se repiten en mi mente, solo en mi mente, ya que mi orgullo es mucho más fuerte como para rogarle a alguien como él.

"Moriremos todos, todos lo haremos"

Mi frustración comienza a ser más visible y los alumnos notan la tensión en nuestras miradas.

Luego de haber creído convencerlo él levanta su mano apuntando la plataforma frente a él.

—Bien.—digo luego de soltar un gran suspiro de fastidio.

Camino despacio tratando de buscar al director entre las personas del colegio. Él sería el único que puede salvarme, siempre lo ha hecho. Él y Adonis son las únicas personas responsables de que yo siga viva.

Pero luego lo recuerdo y toda esperanza se esfuma.

El director se ha ido.

Fue a buscar a la persona responsable de estar en esta situación.

La persona que experimentó tanto con mi cuerpo que me convirtió en una bomba de tiempo.

Una bomba que si solo me eliminara a mi no me afectaría.

Mis pies chocan con la plataforma circular y la miro, aparto los pocos pensamientos que me llegaron del oscuro sótano, levanto mi vista chocando con unos ojos aqua.

El profesor levanta una ceja, yo, sin apartar la mirada de la de él, subo a la plataforma.

El ambiente está frío, nadie aparta sus ojos de nosotros.

Luego de unos segundos levanta una ceja y hace un movimiento con sus manos indicando que comience.

Una mueca de confusión se refleja en mi rostro.

Volteo a mi lado mirando las otras cuatro plataformas a mi lado pero ningún alumno sobre ellas.

Nadie se acerca a ellas, nadie se mueve.

Encaro al profesor Areleous exigiendo una explicación.

—Puedes comenzar, estoy seguro de que ya sabes como funciona.—dice con un poco de impaciencia esta vez.

Volteo a ver a mi alrededor más bruscamente que la primera vez, esperando que otros cuatro alumnos se acerque pero nadie lo hace y ver sus caras de confusión no ayudan a mi desconcierto.

—No esperas a que llame a nadie más ¿no?—miro al profesor a los ojos tratando de procesar la pregunta que claramente no necesita respuesta.—Ellos ya hicieron ayer que faltaste, sus cuerpos necesitan descansar y ¿Qué mejor que observar el esfuerzo de otra compañera?

El sonido del viento es lo único que se escucha antes de que mi risa interrumpiera todo.

Trato de tapar mi risa con mis manos pero los nervios combinados con la frustración ya me tienen a otro nivel.

—Está jugando ¿no?—lo miro pero mis ojos inmediatamente se cierran por la risa.—No pienso hacer ningún show.—digo firme, luego de mi ataque de risa, dejándole ver mi enojo a través de mi mirada.

Trato de mover mis pies fuera de la plataforma circular pero estos parecen adheridos. Trato una vez más pero es inútil.

Mi mirada pasa de la sonrisa de burla del profesor a mis piernas, que están completamente pegadas.

Mi mirada se enciende de furia, mi mano se eleva con la intención de obligarlo a liberarme pero mi mano choca con lo que parece ser una pared invisible y es ahí, cuando me doy cuenta que fui ingenua al pensar que al estar en esta plataforma existiría una forma de escapar.

—Como podrás imaginarte, estas plataformas fueron diseñadas por el director especialmente para esta clase.—sus ojos están fijos en los míos como si esperara que la mención del directo fuera a provocar algo.

No le doy ese placer, ya que si fue algo del director no tengo más que rendirme.

—La plataforma sirve precisamente para que el poder liberado de manera accidental no salga de esa plataforma, así evitar lastimar a las personas alrededor. La plataforma te dejará salir hasta que digas "basta", te desmayes o bueno...mueras.—dice esperando con esas palabras por fin sacarme una expresión.

Y funciona. Esta vez sus palabras logran una reacción. 

Pero es una reacción completamente diferente a la que él y cualquiera de los alumnos podría imaginarme. 

Porque es una sonrisa y una carcajada que sale de mis labios.

El profesor Areleous retrocede un poco, sorprendido antes mi reacción.

Y mi risa se hace más fuerte.

"Veamos que tan fuerte es esta plataforma entonces" pienso encendiendo mis ojos con una inmensa emoción recorriendo en mi cuerpo.

Toda la frustración, nervios y miedo se convierten en adrenalina.

No hay nada que temer ¿no?

La única que podría morir ahora soy yo y eso no va a detenerme.

MUNISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora