Capítulo 46

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"Adonis

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"Adonis."

Mis palabras suenan en mi mente mientras veo el panorama completo del colegio.

Cada estudiante, cada poder que empieza a encenderse, cada molécula de energía preparándose para atacar a la chica de cabello color sangre.

Mis ojos se cierran y se abren asombrados, pequeños pedazos color azul eléctrico están cayendo del cielo. Todos, ven asustados como el campo de fuerza empieza a desmoronarse, pero yo solo noto las estrellas.

Las estrellas reales.

No las que fueron pintadas para engañarnos.

Respiro hondo, como si el oxígeno dentro del campo sea artificial, como si esa pequeña grieta creada por la persona que vino a atacar el colegio no haya sido más que la oportunidad de sentirme libre nuevamente.

Siempre he estado huyendo, jamás en el mismo lugar, siempre cuidando mis espaldas, pero ahora, mi cuerpo me exige correr, correr, correr y no parar. Hasta que mis pies sangren, hasta que mi cuerpo no pueda seguir.

Hasta que yo...

"Athea" la voz de Adonis resuena en mi mente.

El sonido se hace presente, los gritos de los estudiantes asustados, las voces de lo que tratan desesperadamente de encontrar un plan, y la risa de la chica que, por alguna razón, sigue gritando mi nombre.

Mis labios pican, una sonrisa queriendo salir.

Camino despacio hasta la chica, desbloqueando lentamente mi poder dentro de mi cuerpo.

Si el exasperante chico rubio pusiera atención se diera cuenta como mi energía empieza a surgir, preparándose para lo que yo creo será, una batalla no tan interesante.

—Neo.—mis palabras apenas son un susurro, pero sé que el pelirrojo las escucha fuerte y claro.—Haz que todos los estudiantes entren al colegio. Ahora.

—Te ayudaremos.—las palabras de Bemus suenan filosas, molesto y ofendido que le haya pedido a su amigo ayuda y no a él.—Dejanos...

—No pelearé al lado de gente que no confía en mí.— mis ojos chocan con los suyos.— Te he mostrado todo.—ahora son mis palabras las que salen como dagas.—Todo de mí y tú...—los ojos de Bemus se cierran solo para abrirlos con más detenimiento.

—Déjanos...

—Neo.—mis palabras suenan más fuerte, el chico reacciona, sus ojos se encienden. De sus manos empieza a crearse lava, tan caliente y tan espesa que una barrera de rojo intenso empieza a crearse.

Los estudiantes empiezan a retroceder sin entender bien que es lo que sucede.

Levanto mi vista mientras la barrera crece y crece, dejándome de lado de la chica araña.

Cuando la barrera esta lo suficientemente alta como para que ningún estudiante crea conveniente subirla me doy la vuelta.

—Bien... Tienes toda mi atención.—sonrío.

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