—¡Formen parejas! Pónganse todos al lado de su compañero, cierren los ojos, concéntrense y empiecen a usar su mun, recuerden apuntar a un lado donde no pueda dañar a nadie.—el grito de la profesora hace que todos los alumnos volteen a verla, atentos ante las indicaciones.
Ese día, al estar soleado, la profesora decidió que dejáramos los cuadernos y saliéramos a practicar nuestros muns.
La profesora nos medio nos dividió por similitudes, al ser impar los alumnos y no tener mucha similitud entre nadie la profesora decidió que Adonis y yo hiciéramos pareja.
Como si no viniéramos en combo ya de por sí.
Los alumnos empiezan a levantar sus manos, cierran los ojos y cuando los abren, ya concentrados, estos se iluminan.
Los mun empiezan a salir de los cuerpos de los alumnos.
Adonis que ha decidido usar unos negros lentes de sol, un cabello rubio hacia atrás y el uniforme abierto del pecho analiza a los alumnos y sus muns, mientras yo miro el cielo, completamente aburrida.
—¿Qué se supone que espera que hagamos?—pregunta el chico a mi lado.
Aparto mi mirada del soleado cielo y miro a Adonis, que no me mira, tiene su mirada en una chica de cabello gris.
Ruedo los ojos, irritada por el calor y el sudor que empieza a aparecer por el sol sobre los vendajes.
Un pensamiento fuerte de curiosidad hace que la parte derecha de mí cráneo palpite, me quejo de dolor y mis ojos van hacia un chico rubio, frente a una chica de cabello amarillo pálido.
Bemus me observa con el ceño fruncido, al notar mi mirada sobre él, su mano se levanta, y su boca se abre como si quisiera llamarme o saludarme. Hago una mueca y volteo mi cabeza.
—Deja de ignorar al pobre, ha pasado estos dos últimos días queriendo entablar una conversación contigo, da lastima.—recrimina Adonis y gruño.
—Hablé demasiado ese día, mi cerebro no servía y tú no aparecías para callarme.—dijo apuntando su rostro, molesta por un dolor de cabeza que se está formando por los intensos pensamientos de todos los alumnos que trato con todas mis fuerzas de apagar.
Adonis me voltea a ver, levantando una ceja, diciéndome sin palabras que aun si él hubiera podido salir, no me hubiera podido callar.
Gruño, sabiendo que cuando hay un sentimiento fuerte que me domina no hay nada que me haga cambiar de rumbo cuando ya comencé.
Regreso mi mirada al cielo, mirando fijamente al sol, esperando el momento en que se quemen mis corneas, así al menos tendría que ir a la enfermería por un par de horas para evitar ir a clases.
Alguien truena la lengua tan fuerte que me hace mirar.
Eneas me mira directamente, burlándose de mí, como si él pudiera leer mis pensamientos, lo que me hace enojarme aún más.
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MUNIS
FantasyHubo una explosión. Solo eso. Una explosión que calló a todo el mundo. Las risas, los parloteos...Todo quedó en un profundo silencio. Nadie se imaginó que los problemas comenzarían, que la tranquilidad de sus vidas sería eliminada tras esa explosió...