Capítulo 3

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Las puertas frente a mí se abren

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Las puertas frente a mí se abren. Luego de recorrer varios pasillos finalmente llego a donde la fuente de poder es más fuerte en todo el edificio.

Entrar al colegio fue extraño. No creí que me recibirían con una gran bienvenida por el simple hecho de que no confirme que vendría y menos hoy, pero la escuela parecía vacía.

Si no pudiera sentir el gran poder que siento tras estas puertas de madera, pensaría que realmente no hay nadie.

Pero frente a mí, se abre paso una cantidad increíble de jóvenes. Todos con diferentes características físicas y edades. Todos reunidos ahí, en lo que parece ser una cafetería.

Todos se levantan y en un milisegundo veo cómo sus ojos empiezan a alumbrarse como señal de que están activando su mun.

Porque al igual que yo, ellos sienten mi poder.

"No se muevan"

Paralizados. Todos y cada uno de ellos se quedan paralizados.

Veo angustia en sus rostros, miedo y sorpresa.

Tratan de moverse, pero yo soy la que controla sus mentes.

Cierro mis ojos un momento y me permito sentir, sus pensamientos, emociones, sus poderes, sentir todo de ellos.

El poder que siento es fuerte pero no tanto si pensamos en la cantidad de personas que están en este lugar.

Abro los ojos y los observo.

No han alcanzado el máximo de su poder, algunos ni siquiera llegan al mínimo.

¿Que han estado haciendo?

Empiezo a caminar hacia las grandes puertas que están al otro lado de la cafetería.

Lo hago dándome el tiempo de analizar sus poderes, de sentir la fuerza y el desarrollo que han tenido.

Muchos de ellos tienen mucho camino por recorrer para llegar a su máximo.

Aunque debo admitir que hay poderes increíbles, desde los más destructivos hasta los más inservibles, cada uno con la misma voluntad de mejorar. Patéticos.

Pero mi cuerpo se detiene al sentir un poder mucho más intenso.

Un chico de cabello negro como la noche me observa fijamente, sin ningún destello de preocupación o de terror en su rostro. Su chaqueta amarilla lo hace resaltar entre los demás. Más al usar todo negro menos esa chaqueta amarilla.

Mi cuerpo se detiene automáticamente siendo atraído por el suyo.

Sus ojos, los ojos más oscuros que he visto jamás, me acercan cada vez más a él.

Pero lo más sorprendente de todo es cuando en mi mente, como unas letras vagas aparece su mun.

"Vacío"

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