Año 2021. Nueva York, Estados Unidos.
La luz entraba suavemente por la ventana.
Aún estaba amaneciendo y él no había sido capaz de pegar ojo en toda la noche mientras pensaba en su Alessandro y en lo que le había hecho.
El mismo Giovanni nunca había planeado que las cosas fuesen así y se saliesen de control de esa manera.
Pero Alessandro era suyo y su cuerpo había actuado instintivamente cuando este tocó a otro chico.
Giovanni estaba convencido de que nunca volvería a permitir que Alessandro se fuese con otra persona y le abandonase de nuevo y aun así, cuando su prima Fiorella le llamó de nuevo para informarle del estado de Alessandro una vez terminado el castigo, mientras esta le regañaba a grito pelado, Giovanni supo que se había comportado como un auténtico cretino.
La culpabilidad no le había permitido dormir, pues según Fiorella la espalda de Alessandro tardaría al menos mes y medio en recuperarse por completo e incluso era probable que tuviese que acudir a un hospital en el caso de que no pudiese parar la hemorragia sangrienta que sus golpes le habían provocado.
Él simplemente había querido llevarlo de vuelta a casa para no soltarlo de nuevo jamás, no mandarlo al hospital en su primer reencuentro tras seis largos años separados por culpa de su mal temperamento.
Giovanni era plenamente consciente de que había golpeado a Alessandro en exceso y este, ni siquiera había soltado un gemido de dolor porque nunca lo hacía.
Alessandro siempre soportaba toda la carga solo y eso le ponía tan furioso, que la sangre le hervía con más fuerza.
Lo mínimo que debía haber hecho era haberse quedado a su lado para poder curarle las heridas y llevarlo a casa en su espalda como, según Fiorella, lo había hecho ese tal John que por alguna razón era tan molesto como un grano en el culo.
Pero no, en vez de hacer todo eso, se había ido con Carlo desahogándose con sexo para olvidar su enorme culpabilidad.
Fiorella tenía razón, aunque su prima mayor siempre lo molestaba con sus absurdos y maternales consejos, esa vez no se equivocaba al llamarle cobarde.
Había salido huyendo tras haber metido la pata en vez de actuar como el hermano mayor que era.
Incluso Yamato-san, ese hombre de pocas palabras que rara vez juzgaba sus acciones y que había actuado bajo su mando durante muchísimos años para poder permanecer en la familia Salvatore, lo había mirado despectivamente, desaprobando sus sucios métodos.
¿Qué maldito derecho tenía Giovanni Salvatore a castigar a Alessandro si él era el primero que había salido corriendo con la cola entre las piernas?
Viendo que no podría dormir Giovanni se levantó con unas enormes ojeras mientras echaba un vistazo rápido al resto de la sala.
Sábanas revueltas; botellas de alcohol con pequeños vasos de chupitos a medio beber; preservativos usados por todo el suelo junto a restos de colillas de tabaco Malboro y, por último, él desnudo con el pelo revuelto y la mirada cansada.
Un desastre.
Abriendo la ventana de par en par y dejando entrar la brisa matutina Giovanni prendió un cigarro mentolado, de esos que tanto le gustaba fumar y se asomó cruzando los brazos mientras negaba con la cabeza.
Carlo Montesino se había ido de su lado cuando habían acabado el acto y la soledad inundaba el cuarto debido a que Giovanni jamás había dormido en la misma habitación que sus amantes, no pensaba hacerlo y esa, era una norma que todos ellos debían cumplir sin falta.
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Alessandro.
RomanceAlessandro Salvatore lleva seis años huyendo de su hermanastro. Si él lo encuentra, sabe que no será capaz de abandonarlo de nuevo. Giovanni Salvatore, es el jefe de la mafia italiana más importante del mundo. Contrabando, drogas, desarrollo de arma...