Año 2021. La Toscana, Italia.
Su vida estaba a salvo.
Alessandro había salido de la operación y aunque su recuperación sería lenta, no quedarían secuelas graves relevantes.
La bala fue extraída con éxito y los médicos habían logrado reconstruir aquel órgano que esta rozó provocando la hemorragia que casi se había llevado a Alessandro hacia a la muerte, por lo que Giovanni estaba satisfecho y más calmado.
Y eso era algo que aliviaba enormemente a Francesco Montesino quién removía con nerviosismo la cucharilla dentro de su café mientras trataba de enfrentar cara a cara a la bestia que le miraba como si se lo quisiera comer de un momento a otro.
En el pasado no le hubiese importado pasar la hora del té junto a Giovanni Salvatore mientras charlaban sobre cualquier asunto entre bromas y buen ambiente sabiendo que era su "suegro" y que se podía permitir el lujo de guardar una importante relación de confianza con aquel poderoso monstruo.
Pero ahora le daba miedo.
A su edad Francesco Montesino nunca había vivido una situación tan tersa y eso hacía que su estómago se revolviera y no precisamente por la pérdida de aquella cuantiosa cantidad de sangre que le habían extraído.
Por su parte viendo que su contrincante no iba a comenzar la conversación, Giovanni se ahorró todo tipo de formalidades y sutilezas y soltó directamente la bomba.
- Francesco, usted y yo siempre hemos mantenido una estrecha amistad y por ello le concederé el gusto de que me lo explique todo antes de tomar...otro tipo de medidas. -
Una escalofriante sonrisa canina asomó de los labios del Salvatore antes de que continuara hablando.
- Solamente le haré dos preguntas y dependiendo de lo mucho que me convenzan sus respuestas dejaré ir libre a la Familia Montesino o la destrozaré empezando por su querido primogénito. -
El rostro de Francesco pasó de rojo chillón a blanco pálido en cuestión de segundos.
Él era el jefe del Clan Montesino y dirigía uno de los puertos comerciales más importantes de Italia gracias a numerosos años de esfuerzo y al cuantioso tiempo que había invertido en hacer que su industria prosperara con gran velocidad.
Francesco nunca había pensado que un chaval tan joven como el que tenía delante pudiese amenazarle de esa manera tan descarada, pero su cara cambió cuando recordó que esa persona era Giovanni Salvatore.
"El gran mafioso que, aparte de infundir miedo con el solo acto de su presencia, era alguien sin escrúpulos a la hora de torturar."
Ese factor hizo que enseguida Francesco Montesino quisiese callarse la boca y bajar la cabeza en señal de sumisión mientras le contaba la verdad adornada al Salvatore para que su precioso hijo y su lograda estirpe no se fuesen a pique en un instante.
Pero, aunque la confesión estuviese suavizada y la familia Montesino se viera como la víctima según contaba Francesco, eso fue lo único que necesitó oír Alonzo Bellucci para salir de la esquina dónde se ocultaba espiando parte de la conversación y gritarle a su oponente con rabia.
- Tú... ¿Te atreviste a dejar embarazada a mi hija y a echarla de tu casa con mi nieto en su vientre? Eres más desvergonzado de lo que aparentas Montesino. -
El corazón del viejo latía rápidamente y si no fuese por la ayuda que Giovanni Salvatore le prestó para sentarse en el asiento en el que antes él reposaba, se hubiese desmayado por la furia que recorría sus venas.
ESTÁS LEYENDO
Alessandro.
RomanceAlessandro Salvatore lleva seis años huyendo de su hermanastro. Si él lo encuentra, sabe que no será capaz de abandonarlo de nuevo. Giovanni Salvatore, es el jefe de la mafia italiana más importante del mundo. Contrabando, drogas, desarrollo de arma...