Capítulo 34.

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Año 2021. La Toscana, Italia.

John jamás lo había visto sonreír de una manera tan pura y por un momento, el chico se pensó que quizá lo que estaba viendo en ese momento podría deberse a su alocada mente y a su estómago revuelto por la extrema velocidad a la que iba el vehículo sobre una pequeña carretera convencional que rodeaba la finca Salvatore.

Pero no, el rostro pálido de Alessandro reflejaba una radiante sonrisa mientras pisaba más a fondo el acelerador siendo motivado por el "We Will Rock You" de "Queen" que sonaba a todo volumen taladrando sus oídos.

Alessandro se veía distinto, se veía realmente feliz, con un matiz de alegría diferente al que hasta ahora John estaba acostumbrado a notar en su cara ahora que estaba de nuevo al lado de Giovanni y eso fue suficiente para hacerlo sentir una tremenda sensación de tristeza.

Ambos "hermanos" se comunicaban con miradas satisfechas y en el ambiente, quitando a Carlo quién estaba tan mareado que no podía dejar de sacar la cabeza por la ventanilla esperando que el aire lo hiciese reaccionar hasta el punto de no mancharle el Lamborghini a Giovanni de vómito, el estadounidense sintió que sobraba.

Y el Montesino lo notó.

Había rabia, tristeza, envidia y anhelo acumulado en su forma de suspirar.

Claramente su sentido de la vista estaba centrado en el conductor y en su semblante luminoso lo que era llamativo el contraste, al menos, para ser esta persona alguien que poseía una enorme máscara de indiferencia por todo.

A John le gustaba el menor de los Salvatore y Carlo no pudo evitar afirmarlo directamente en voz baja, aunque mientras, trataba de confirmar porqué un hombre tan radiante como ese también se había fijado en su tímido e introvertido medio hermano a quién tanto daño había hecho en el pasado.

- Te gusta, ¿Verdad? -

La pregunta era clara y Carlo no necesitó una respuesta porque no era tonto y sabía ver lo evidente pero aun así, sintió pena del pobre chico decidiendo que le aconsejaría para que no cometiese el mismo error que lo había estigmatizado a él o incluso uno peor.

Carlo sabía que el oponente de John no era el inofensivo y tolerante Alessandro sino que más bien, si trataba de luchar, se tendría que enfrentar al Giovanni Salvatore quién no se andaría con juegos antes de pisotearle mental y físicamente si fuese necesario.

- Ríndete, él no es alguien a quién puedas tener. -

Empezó.

- Mira chico, eres joven y muy guapo, tienes una buena personalidad y un futuro claramente resuelto. Con tus características, no es necesario que andes detrás de Alessandro Salvatore, considéralo la manzana prohibida del paraíso terrenal. -

La mirada de John se iba oscureciendo mientras apretaba los puños con más fuerza.

- Johny, renuncia antes de que te obsesiones, los Salvatore no son personas fáciles de manejar y justo has ido a querer la columna que sujeta el pilar de integridad mental del peor de todos ellos. Si esa estructura se derrumba, no hay vuelta atrás. No lo digo por mí, lo hago por ti pues ellos son depredadores naturales y un cazador y una bestia que caza no son factores que se atraigan, el cazador, normalmente se obsesiona con la bestia que finalmente, lo mata antes de que pueda disparar o apretar el gatillo y este muere, sin saber cómo ha fallecido. -

John no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente y le siguió la corriente a Carlo con el ejemplo de la caza fortuita para evitar que ambos hermanos se diesen cuenta de lo que había detrás de tales palabras.

Alessandro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora