Capítulo 18.

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Año 2021. Nueva York, Estados Unidos.

Giovanni se revolvió incómodo mientras trataba de evitar la suplicante mirada de su amante que le pedía con fervor que enviase a alguien a recuperar el maldito contenido de la caja fuerte de su padre.

Sinceramente, Giovanni Salvatore no tenía ni idea de la importancia que tenía aquellos documentos, pero tampoco le importaba debido a que toda su atención entraba enfocada en la recuperación de su hermano.

Ese idiota escuálido ni siquiera había ido a un jodido doctor cuando lo habían apaleado de aquella manera, soportando el dolor de las heridas él solo hasta que su cuerpo había llegado al límite y se había desmayado en sus brazos.

Y cada vez que lo pensaba, Giovanni se enojaba más consigo mismo.

Nunca más dejaría que Alessandro saliese dañado, ni una mínima rozadura o un solo raspón volverían a aparecer en su cuerpo.

Giovanni no necesitaba una espada afilada, ni un asesino que hiciese todo su trabajo sucio, solamente quería que su mitad, su mano derecha y su hermano regresase sano y salvo a casa y ni siquiera habían pasado dos días antes de que Alessandro hubiese terminado en el hospital.

Carlo Montesino se podía ir a freír espárragos porque él no estaba dispuesto a escuchar toda su mierda sobre los problemas familiares y la herencia.

Pero, al fin y al cabo, era su chico, y no podía dejarlo tirado así que tras oír una serie de retahílas, protestas y llantos más decidió que enviaría a alguien del "Imperio Negro" solo para no tener que escucharlo más.

Y mientras salía a hacer la llamada fuera del hospital, Carlo se dio cuenta de que esa era su oportunidad e inmediatamente fue en busca de Alessandro.

Solo debía provocarlo como la última vez, lo demás lo tenía todo bien planificado.

Había buscado una manera de ayudarlo a escapar del hospital sabiendo que ambos eran demasiado parecidos, le había dejado su bolsa de viaje en el aeropuerto por lo cual solo tendría que subirse directamente al avión cuyo pasaje Carlo había reservado con antelación y él mismo le enviaría las coordenadas exactas donde había preparado aquella trampa fingiendo que se las había oído a Giovanni mientras lo espiaba.

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Carlo entró apresuradamente en la habitación sobresaltando a Alessandro que se encontraba dibujando tranquilamente un ramo de flores que su hermano le había obsequiado y derribó el florero aparentando haberlo hecho sin querer por los nervios.

Él comenzó a explicarle rápidamente a Alessandro que estaba buscando a Giovanni para contarle sobre el robo a la caja fuerte de su familia y que de ahí venían las prisas, pues las pertenencias desaparecidas eran demasiado importantes para su reputación.

Junto con algunos documentos de su padre, Carlo había guardado allí unas grabaciones comprometidas de Giovanni en la intimidad y su cara se puso pálida cuando mencionó las cámaras de seguridad de la mansión Salvatore.

Lo había hecho a propósito, él estaba estudiando artes escénicas y era un actor magnífico por lo que expresar su nerviosismo al referirse a aquellos vídeos lo hacían parecer mucho más creíble para lo que iba a confesar a continuación:

Las cámaras de seguridad habían grabado todos los actos ilícitos que Alessandro había hecho con su hermano aprovechándose de su borrachera y había sido Carlo el que había robado las grabaciones para amenazarlo en un futuro porque lo odiaba.

Giovanni era suyo y se sentía tan celoso de que cuidara así a Alessandro que no pudo evitar guardar las cintas como un arma para dañarlo y ahora, habían acabado en las manos de aquellos ladrones contratados por los Bellucci para vengarse de su familia y de los Salvatore por mantener buenas relaciones de amistad entre ambas élites.

Alessandro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora