Alessandro.

Capítulo 30.

Año 2021. La Toscana, Italia.

La primera vez que Carlo Montesino se había dado cuenta de que él no contaba tanto para Giovanni como su propio hermanastro a quién su hombre veneraba, fue cuando se vio obligado a abandonar al pequeño gato siamés que había encontrado en uno de los callejones abandonados cerca de su casa.

Su amante y compañero de piso era alérgico al pelo de los animales y le ordenó, con una voz fría y amenazante que sacase a ese bicho del apartamento si no quería que se fuese él mismo.

Carlo jamás había visto a Giovanni tan enfadado y aunque él realmente se había enamorado del tierno animal, prefirió escoger al Salvatore y no tuvo más remedio que dejarlo en la calle en medio de una lluviosa noche que reflejaba el temperamento de su amante en aquellos tiempos.

Si bien era cierto que esos días Giovanni estaba más susceptible de lo normal por el trágico final de sus queridos padres, Carlo no pudo evitar derrumbarse cuando a la mañana siguiente vio el bichito que había abandonado el día anterior en la mansión principal a la que había acudido con la intención de disculparse para que su hombre, volviese a casa con él.

Su hermoso felino siamés estaba entre los brazos de aquel escuálido y bonito niño de blanca piel, quién, rodeado de muchos peludos más, tenía el placer de acariciarlos y jugar con ellos.

El jardín estaba repleto de animales que con la cantidad de pelo que poseía cada uno, podrían haberle causado a la muerte a un Giovanni sentado bajo un enorme manzano que leía un libro con un montoncito de pañuelos al lado y una nariz roja como la de Rodolfo, el reno de Santa Claus.

Ese hombre calmo, no decía nada, no alzaba la voz, ni reclamaba la cantidad de gatos, perros u otros animales que se hallaban en su jardín y mucho menos amenazaba al adolescente con irse de su lado como había hecho con él.

¿Realmente Giovanni Salvatore podía ser así de tolerante con alguien?

Claro que sí.

La dulce mirada que le dirigía al muchacho lo demostraba.

¿Y él? ¿Qué tenía Giovanni Salvatore para él?

Él era la persona que había estado a su lado desde que comenzaron la carrera universitaria, escuchando sus problemas, aguantando los rumores que corrían por ahí sobre la estrafalaria vida amorosa que poseía, soportando los insultos relacionados con los enormes cuernos de los que ya era consciente y siendo engañado por la persona a la que le había dedicado todo su tiempo y cariño.

En el pasado, Carlo Montesino trató de quitarse del medio a todas aquellas personas que osaron pasar una noche en la cama de Giovanni y debido a su enorme perseverancia lo logró poco a poco.

Todos y cada uno de sus amantes extraoficiales cayeron por su astucia y todos aquellos que se atrevieron a enfrentarle cara a cara, salieron escaldados en las peores condiciones imaginables a la mente humana.

¿Retorcido?

Quizá.

Pero hubo algo que no comprendió en aquel entonces y que ahora sí entendía.

Antes el único obstáculo que verdaderamente le costó superar fue aquel idiota de Alessandro, quién a medida que crecía, se convertía en un adversario mucho más fuerte contra el que luchaba de manera unilateral porque este no respondía jamás a sus ataques.

¿Por qué nunca trató de devolver ninguna flecha de las que él le lanzaba?

¿Por qué era capaz de quedarse quieto mientras observaba como le arrancaban al hombre al que amaba de las manos sin hacer absolutamente nada por impedirlo?