Capítulo 40.

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Año 2021. Frontera Serbia, lugar desconocido.

Alessandro estaba abrazado a él, a Giovanni quién, no había podido pegar ojo en toda la noche ya que, el chico que lo volvía loco lo había reclamado.

La fiebre de Alessandro no se detenía y cuando Giovanni se dispuso a desinfectar su herida y a cambiar el vendaje lo notó temblar por el frío por lo que, no pudo hacer nada más que quitarse la ropa de la parte superior del cuerpo, desnudar a Alessandro y abrazarlo con fuerza poniendo las prendas de abrigo como mantas extras para intentar que su temperatura corporal se estabilizase.

Y así, Giovanni pasó toda la noche y parte de la madrugada, abrazando a Alessandro con fuerza cuando este tiritaba por el frío y saliendo de las mantas para separarse de él cuando lo notaba sudando por el calor.

Pero, aunque fue una noche dura, Giovanni no soltó ninguna queja o maldición por lo bajo como estaba acostumbrado a hacer sino que, lo mimó con paciencia y espero hasta que Darren, tras despertar y comer algo junto a él, le instó a seguir a sabiendas de que sus perseguidores andarían, probablemente cada vez más cerca de atraparlo.

Mientras Darren cargaba con la mochila y seguía las instrucciones del Salvatore para borrar las huellas de su estancia allí, este se puso a Alessandro a su espalda y ambos se dispusieron a seguir el camino.

Corriendo entre la nevada mañanera con la nieve cubriendo su rastro, Giovanni aguantó el ritmo con valentía tratando de hacer el trayecto lo menos movido posible para que Alessandro, quién seguía reposando, estuviese cómodo a sabiendas de la realidad que los rodeaba.

Esa no era la primera vez que él lo acunaba así entre sus brazos, pero años atrás, realmente pensó que sería la última cuando Alessandro desapareció, huyendo de él porque le hizo daño y solo ahora, el propio Giovanni se daba cuenta de lo que había sentido su por aquel entonces hermano quién no podía hacer otra cosa más que amarlo con locura mientras él hacía oídos sordos a sus sentimientos.

Ahora, las tornas habían cambiado de posición y por fin, Giovanni entendió que, lo que sentía por Alessandro no era simplemente un amor fraternal, que este no era solo un pariente más al que debía cuidar porque pertenecía a su familia, que necesitaba mucho más del joven que lo encendía con solo una mirada indiferente y que en esos momentos, el chico se había rendido con él tratando de mirar hacia el futuro y dejando atrás ese corazón que tanto había amado a su propio hermano.

Por otro lado, los ojos de Alessandro se abrieron lentamente y este, hundido en aturdimiento, trató de enfocarse en asimilar la situación en la que se encontraba el grupo en la actualidad donde, seguían siendo perseguidos por el grupo de matones que los había abordado en el avión siguiéndolos hasta las profundidades del bosque que delimitaba las fronteras del país y aunque ya estaban cerca de la zona segura indicada por teléfono satélite que les había dado Dimitri, ninguno de ellos se atrevió a bajar la guardia de ninguna manera.

Según la hora, ya deberían haber llegado al punto de encuentro, pero debido a los contratiempos, la velocidad a la que se movían no era la más adecuada pues, ni Darren ni Giovanni estaban en sus mejores condiciones físicas.

Darren no estaba entrenado para aguantar una caminata de ese nivel con una pesada mochila a cuestas y mucho menos para correr con semejante peso a la espalda por lo que, aunque trataba desesperadamente de seguirle el ritmo a su compañero, no podía y eso, había hecho que Giovanni, decidiese cambiar su estrategia y redujese el ritmo al que se movían entre la espesura ya que, para él tampoco era fácil pues, era el que cargaba con Alessandro y el enorme fusil mientras trataba de borrar el rastro que su grupo había hecho y creaba distracciones para ganar tiempo y obtener la ventaja.

Alessandro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora