Capítulo 30

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2 días enteros pasaron y Luffy despertó al fin, Yuna y Naho ingresaron a la habitación donde el resto de los Mugiwara ya se encontraban casi festejando por su victoria. Sanji y Nami les sonrieron al verlas entrar juntas, habían aprovechado ese tiempo para charlar más y entrenar un poco. 

— ¡Yuna-chan! — La saludó Luffy sonriente contagiando rápidamente a su segunda oficial con su alegría pero cambió su expresión a una confundida al ver a la mujer junto a su nakama. — ¿Y ella? ¿Quién es? 

— Soy Naho, te ayudé a ti y al hombre halcón en Rainbase. — Se presentó la mujer tomando asiento en una cama junto a Nami. 

— ¡Ah! Eres el sujeto de la mascara. — Comprendió Luffy, Yuna se acercó a él y estiró sus mejillas juguetona. — ¿Qué haces, Yuna-chan? 

— Me preocupé mucho por ti, idiota. — Le dijo al soltar sus mejillas logrando que volvieran a su forma natural de golpe. — Qué bien que ya estés despierto. 

— ¿A caso no confías en mí? — Sonrió aún más grande el capitán, Yuna rió, claro que confiaba en él. 

— Ya que están todos aquí. — Vivi llamó la atención levantándose con una sonrisa relajada. — Creo que ya podemos ir al banquete. 

— ¡Comidaaaa! — Exclamó Luffy siendo el primero en salir corriendo fuera de la habitación. 

Yuna rió al verlo, seguramente se perdería ya que no conocía el palacio, Luffy no tenía remedio. Todos se dirigieron a paso tranquilo mientras charlaban hasta el comedor que habían preparado para ellos. Por alguna extraña razón Naho había comenzado a llevarse realmente bien con la tripulación de su hija, sobretodo con Zoro y Chopper. 

— ¡Yuna-swan le pedí a los cocineros del palacio que respetaran tu dieta! — Sanji le comentó a su nakama sentada junto a él. — También les di algunas indicaciones para que disfrutes de los sabores. 

— Gracias. — Respondió ella, algo que había descubierto mientras Luffy dormía es que había heredado su amor por los animales de su madre ya que ella tampoco los comía y le parecía un buen detalle para admirar. — Mi madre también te lo agradecerá. 

— Oye pelirroja. — La llamó Zoro y ella lo miró con una ceja alzada por el apodo. — Luffy está metiendo carne en tu plato. 

Yuna miró su plato alarmada y efectivamente vio como el brazo alargado de Luffy sosteniendo un trozo de carne volvía a su lugar y se hacía el tonto mirando a otro lado. La segunda oficial tomó su plato lleno de verduras y avanzó hasta él para meterle verduras a la fuerza, todos reían al ver como Luffy casi lloraba al tragar brócoli y espinacas. La cena pasó entre risas y gritos, Naho se sentía aliviada de la tripulación al saber que su hija estaba en buenas manos. Casi al final Luffy prometió vagamente que nunca volvería a intentar darle carne a Yuna pero todos sabían que no duraría mucho. 

Luego del gran banquete Vivi invitó a todos a darse un baño relajante, las 4 mujeres charlaban entre ellas cuando notaron que casi todos los hombres se encontraban sobre una columna observándolas, Yuna sólo pudo negar con la cabeza y agradecer el no estar desnuda aún. 

— ¿Qué rayos creen que hacen? — Los encaró Naho con una mirada asesina, incluso el rey estaba ahí esperando ver algo más. — Si querían verme desnuda haberlo dicho antes. 

Yuna, Nami y Vivi escupieron hasta los pulmones cuando vieron a Naho quitarse la toalla que cubría su cuerpo sorprendiendo a todos los hombres que por poco y se desmayan. Naho rió y volvió a sentarse para seguir lavando su cabello. 

— Está demente, Naho-san. — Nami le comentó aguantando las ganas de reír.

— Era la única forma que nos dejaran en paz. — Respondió simple sin darle importancia. — Además, pocas veces alguien aprecia mi cuerpo femenino. 

Yuna Hiroshi [One piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora