Capítulo 44

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Yuna empujó a Nami en dirección de Usopp y la siguió con todo su cuerpo pidiéndole a gritos que se detuviera y descansara, después de todo había sufrido daños severos en su pelea anterior con el Dios. Esquivaron a duras penas los ataques de Enel contra ellos, Usopp sostuvo a Yuna en sus brazos al verla tropezar y soltó un chillido aterrado, ¿Quién si no era Yuna, lo salvaría? 

— Les daré una oportunidad de salvarse. — Comentó Enel caminando alrededor de sus presas, viendo cauteloso los movimientos de los 3 frente a él. — Dejen a la pelirroja y váyanse o los asesinaré y haré que ella tenga los ojos bien abiertos cuando eso suceda. 

— ¡Eso no pasará! — Gritó Nami horrorizada y por primera vez, se puso delante de su mejor amiga para protegerla. — ¡Estás muy equivocado si crees que te la daremos tan fácil, ella es nuestra nakama! 

— Nami... no. — Pidió Yuna asustada de lo que pudiera hacer el enemigo, pero Usopp también se posó delante de ella, llenándose del valor que le contagió la navegante. — Usopp... 

— Luffy nos odiaría si dejamos que este sujeto te lleve con él. — Afirmó con decisión sosteniendo con fuerza su resortera. — Sólo mírate, Yuna. No podrás salvarnos esta vez. Confía en nosotros. 

Yuna se desplomó de rodillas y sollozó, la isla del cielo estaba humillándola desde el momento en que la pisó. Su debilidad comenzaba a abrumarla y no quería que sus compañeros se sacrificaran por ella. 

— Vamos, ¿por qué lloras? — Preguntó Nami alzando su clima tact. — ¿Acaso crees que no podemos salvarte? 

Y comenzó una pelea, Nami logró esquivar los ataques de Enel creando sus propios rayos y Usopp disparó contra él. Yuna buscó por todas partes algo que pudiera ser de ayuda y vio su mochila, no sabía cómo rayos había llegado ahí, pero se alegró y gateó hasta ella, seguramente Luffy la había llevado para ella, porque todos cuidaban de su salud alimentaria. Abrió la mochila y sacó una lata de espinacas, con ayuda de una aguja que sacó de su cabello logró romperla y se comió el contenido de un solo bocado. Sintió como su cuerpo agradecía la comida, incluso un poco de su fuerza volvió, no toda, pero no le importó, era suficiente. 

— ¡A un lado! — Chilló Yuna corriendo hacía Enel, Nami y Usopp saltaron alejándose. 

Enel se mostró sorprendido de que pudiera correr en esa condición que la había dejado y recordó lo que había presenciado con anterioridad, haki. Se alejó de ella y la apuntó con su bastón, dispuesto a acabar con ella. Nami encendió el ondulador y Usopp corrió para empujar a Yuna, entonces recibió el impacto por ella. 

— ¡Usopp! — Chilló Nami. 

— Malditas, ya me han fastidiado lo suficiente. Vean morir a ese inútil. — Enel volvió apuntar contra Usopp que no podía moverse en el suelo. 

Yuna tensó la mandíbula y se levantó para atacar con todo lo que tenía a ese Dios de pacotilla, Enel la vio de reojo y aceleró el ataque que no le llegó a Usopp, sino que a Sanji que lo pateó hasta Nami para que ambos se fueran de ahí. 

— ¡Sanji! 

— ¡Sanji-kun! — Gritó Nami sin querer huir, pero Usopp aceleró y ambos cayeron del arca. 

— Lo siento, sólo quería encender mi cigarrillo. — Sanji se llevó un cigarro a la boca y fumó de él. — Yuna-san, te sentí llorar por mí así que vine a salvarte. 

Yuna palideció cuando vio al cocinero tambalearse y caer al suelo con su cuerpo electrizado, corrió para sostenerlo antes del impacto y sus lágrimas cayeron sobre el rostro de Sanji. Él la miró embobado y deseó por un momento sentir esos suaves labios intentando darle respiración artificial, pero se contuvo y miró al Dios que los observada desde su posición. 

Yuna Hiroshi [One piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora