Yuna Hiroshi [One piece]

Capítulo 1

"Hace 20 años el rey de los piratas Gold Roger fue ejecutado por la marina pero antes de morir dijo que todos sus tesoros se encontraban en la gran línea, el one piece, así dando comienzo a la nueva era de los piratas".

En la isla Nori todos conocían a Yuna Hiroshi, aquella muchacha que ayudaba a todos sin esperar nada a cambio, la hija adoptiva de Ben, la mesera del único restaurante de la isla, la aprendiz del ex vice almirante llamado Yon y la mejor amiga de Kotsu, su compañero de trabajo.
Yuna perdió a su madre al nacer y el hombre al cual llamaba padre, la cuidó. Creció rodeada de amor gracias a aquel hombre y nunca entendió porque los otros niños se burlaban de ella por no tener madre, no la necesitaba al fin y al cabo. Siempre había sido una niña tranquila hasta que un grupo de piratas atacó la isla y vió a Yon defenderla con todas sus fuerzas, desde entonces le agradaba la idea de hacerse fuerte para defender a quienes quería.

--- ¡Yuna-chan! --- Exclamó Ben al verla quitarse el delantal de trabajo mientras se preparaba para salir del lugar. --- ¿A dónde vas?

--- Pasaré a la tumba de Yon-sensei y volveré a la hora del almuerzo. --- Explicó rápido antes de salir corriendo.

Ben no tuvo oportunidad de responder y sólo siguió con su trabajo en la cocina. Yuna llegó a la única florería que había en la isla y compró un gran ramo para luego correr hacía la colina donde se encontraba el cementerio. La cripta de Yon sobresalía de las demás, no por nada había sido apodado el héroe de la isla por sus hazañas cuando estaba vivo.

--- Yon-sensei. --- Saludó Yuna al estar frente a la cripta y dejó el ramo sobre una mesa que ella misma decoró. --- Hoy se cumplen tres años desde que ya no estás. Sé que cada año digo lo mismo pero no ha sido fácil sin ti. Sigo defendiendo la isla de enemigos pero por alguna razón ya no recibo apoyo de las personas, creen que actúo sin pensar en las consecuencias. --- La chica rió sin gracia y se apoyó en la mesa. --- Pero si no lo hiciera, todos correrían peligro. De todas formas Kotsu es un buen compañero y creo que gracias a él no he muerto aún. Quizás algún día seamos tan fuerte como tú, eso espero. Sigo soñando con salir al mar y ver con mis propios ojos cada lugar que mencionaste, también quiero vivir mi propia aventura.

Yuna se quedó un momento allí contándole anécdotas al aire ya que nadie la oía realmente hasta que llegó la hora del almuerzo y tuvo que volver. Kotsu la recibió con una sonrisa y ambos comenzaron a ordenar las mesas para los clientes que no tardarían en llegar.

--- Cuando llegué no estabas Yuna nee-chan. --- Comentó el chico que era un año menor que ella. --- Y oí que llegaron piratas al puerto, ¿Lo sabías?

--- No, no lo sabía. --- Bufó al pensar que quizás habrían problemas. --- Y no estaba porque fui a la tumba de Yon-sensei.

--- Oh, ¿Llevaste flores?

--- Claro que sí, él amaba las flores.

Kotsu asintió y su conversación se vió interrumpida con la llegada de los primeros clientes. Yuna al ver que eran sus antiguos compañeros de escuela, envió al chico a atenderlos ya que ella solía atender a quienes no la habían tratado mal en su infancia. Sentía algo de rencor hacía ellos.

Yuna siguió limpiando hasta que un grupo de seís desconocidos entró, todos ellos se veían intimidantes pero la chica no demostró miedo, sólo se acercó a ellos y les sonrió.

--- ¿Les preparo una mesa? --- Preguntó amable, el líder del grupo frunció el ceño al ver que no producía miedo en la chica.