Yuna Hiroshi [One piece]

Capítulo 31

Mientras los mugiwara se sorprendían con su tripulante inesperado, Portgas D. Ace navegaba con la frente en alto en su pequeña embarcación, la búsqueda de Barba negra continuaba pero se encontraba en mar abierto así que se permitió recordar una sonrisa amable que deseaba no olvidar. Le habría gustado que Yuna se hubiese ido con él en aquel primer encuentro pero agradecía que Luffy la encontrara cuando ella estuvo lista para partir. 

Y es que, deseaba con todas sus fuerzas que aquella chica triunfara, era fuerte, hábil y estratégica, tenía todo para ser de las mejores en el mar. 

Jamás olvidaría el día que la conoció. 

En aquel entonces Ace tenía 17 años y había conocido a su primer nakama llamado Masked Deuce, también había consumido la fruta del diablo mera mera y quería aprender a usarla, así que ambos decidieron que entrenarían un poco en la siguiente isla en la que embarcaran su nuevo barco construido por ellos mismos. Y aquella isla fue Nori, isla protegida por un marine y que estaba económicamente distribuida de generación en generación, no había 2 de algo, sólo una florería, un hospital, un supermercado, un bar y más, pero lo único que querían antes de ponerse manos a la obra con su entrenamiento era comer y al hallar el único restaurante de la isla, se adentraron felices. 

— Bienvenidos. — A penas entraron una linda chica pelirroja los atendió con una pequeña sonrisa. — Les dejaré el menú para que decidan qué...- 

— ¡Sólo tráenos cualquier platillo, uno tras otro! — Pidió Ace emocionado pasando por alto la diversión que la causó a la chica. — ¡Tenemos dinero, no te preocupes! 

— Está bien. — Ella respondió y se fue a la cocina para decirle a los chef lo que ese par querían para comer. 

Había un hombre misterioso sentado solo en una mesa esquinada observando al par que habían llamado su atención, a sus ojos sólo eran unos muertos de hambre. 

— Y esta es la primera ronda de platillos. — La pelirroja volvió con varios platos ordenados estratégicamente en sus brazos y los dejó en la mesa frente a ellos. — ¿Cuando, se supone, debo dejar de pedir sus platillos "Uno tras otro"? 

— No subestimes su capacidad de comer. — Habló Deuce cuando vio que a Ace no le importó contestar y sólo comenzó a atragantarse con la comida. — Serán bastantes. 

La chica rió y los dejó para seguir atendiendo a los clientes que llegaban, el hombre misterioso la observaba en silencio y seguía sus movimientos hasta que el escándalo de Ace y Deuce al comer lo distrajo, ese par comía como si fueran a morir en cualquier momento y atraían la atención de la chica en la cual estaba interesado. Esperó a que la chica volviera a dejarlos luego de entregarles más comida y se levantó enojado para enfrentarlos.

— ¿Acaso no saben comer, animales? — Fue lo que dijo al estar frente a ellos, Ace lo ignoró por completo sin interés y Deuce lo observó con incomodidad. — Por su culpa me ha dado asco mi comida, espero que estén satisfechos.

El hombre, sin darse cuenta, dejo caer una libreta café y se marchó del restaurante, el par había logrado enfadarlo por ocupar la atención de la pelirroja.

— Qué idiota. — Soltó Ace cuando el hombre se marchó. — Si no estuviera comiendo le daría una paliza.

— Por supuesto que lo harías. — Se rió Deuce despreocupado y notó la libreta en el suelo, la cual recogió de inmediato. — ¿Será de aquel sujeto?

— ¿Qué es? — Preguntó Ace curioso con comida en la boca viendo el objeto en mano de su nakama.

— Una libreta. — Respondió hojeándola por encima sin interés pero una fotografía pequeña cayó en la mesa y al verla, abrió los ojos como dos grandes platos, cosa que llamó la atención de Ace. — Demonios...