Yuna y Zoro decidieron jugar a las cartas y apostar un poco mientras esperaban a que Sanji despertara de su inesperado desmayo. Habían pasado un par de horas desde entonces, el cielo azul sobre ellos estaba en calma y la ciudad llena de canales de agua parecía llamar a gritos a la segunda oficial, quería ir pronto y conocer cada rincón de esa maravillosa isla.
— Gané. —Soltó Zoro con una sonrisa engreída mientras mostraba sus cartas, tenía un par de reinas.
— Rayos. — Refunfuñó Yuna mostrando las suyas, un 3 y un 7. — ¿Un par de aretes son suficiente como pago?
El par de aretes se veían perfectos para hacer perforaciones futuras así que Zoro asintió y los recibió gustoso. Yuna volteó a ver a Sanji, seguía ahí tirado, incluso un bento había quedado aplastado debajo de él.
— No creo que vaya a despertar en un buen rato. — Admitió Zoro analizando al cocinero también. — Deberías ir a la ciudad por tu cuenta, dudo que se moleste contigo.
Yuna negó mientras revolvía las cartas para jugar una vez más y repartió.
— No, una promesa es una promesa.
Zoro se encogió de hombros, no quería darle demasiada importancia. Ambos continuaron el juego hasta que se vieron interrumpidos por varias presencias inesperadas en el Merry.
— ¿Eh? — Soltó Yuna viendo a los hombres en unos trajes graciosos con sus armas en alto apuntando hacía ellos dos. Zoro los miró de soslayo, atento a sus movimientos, no se veían intimidantes.
— ¿Son sólo dos de ellos? — Preguntó uno de los hombres a su compañero que tenía los carteles de recompensa de la tripulación a mano.
— Sí, ambos tienen recompensas, servirán.
Yuna bajó sus cartas y sonrió de lado, los estaban subestimando y Zoro imitó su acción. Los sujetos, múltiples de ellos, se arrojaron contra los mugiwara y cayeron uno a uno sin mucho esfuerzo. Ni siquiera Sanji que estaba a metros de ellos pareció percibir la pelea.
— Qué desperdicio de tiempo. —Se quejó Zoro envainando la única espada que utilizó.
— ¿Quién eres y por qué querías capturarnos? — Le preguntó Yuna al que parecía liderar ese grupo, lo sostenía del cabello para verlo a los ojos.
— C-cazarrecompensas. — Balbuceó el enemigo un poco aterrado por la demostración de fuerza que presenció, pero recordó su valor y escupió. — La familia Franky recuerda, esto no se quedará así.
Yuna lo soltó y sacudió sus manos, tal como había dicho Zoro, fue un desperdicio de tiempo y energía a los cuales no quería darles demasiada importancia. Los sujetos huyeron como pudieron y Zoro no pudo aguantar la carcajada que brotó desde el fondo de su garganta al ver el nuevo estado de Yuna.
— ¡¿Qué?! — Chilló sin saber el motivo de su diversión. — ¿Qué es lo gracioso, idiota?
— Tu maquillaje se corrió. — Le enseñó al pasar el pulgar por su mejilla y Yuna vio el color rosa.
— Maldición, no podré retocarlo yo sola, me lo quitaré.
La chica se marchó al baño y Zoro se sentó en el suelo con los brazos detrás de su cabeza dispuesto a descansar de una buena vez, estuvo en paz momentáneamente hasta que oyó un grito cerca de él, alzó la ceja al ver como el cocinero pervertido se levantaba de golpe y caminaba en círculos.
— ¡Oh, no, lo arruiné! — Chillaba casi llorando y agarrándose el cabello con desesperación. — ¡Arruiné mi cita con Yuna-saaaan!
Zoro carcajeó logrando captar la atención de Sanji, al conectar miradas, se sintió como si una bomba estuviera a punto de estallar. Yuna salió del baño luego de lavarse la cara y sintió la tensión en el aire.
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Yuna Hiroshi [One piece]
FanfictionEn el comienzo, el futuro rey de los piratas poseía nakamas valiosos, Yuna Hiroshi era una de ellos.