Capítulo 34

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Los días en el merry pasaron llenos de risas y gritos como siempre, Yuna se relajó luego de la charla con Luffy y le pidió perdón a Nami por comportarse como una idiota con ella, claro que Nami la perdonó sin más y continuaron normal.

— Yuna-san. — La saludó Sanji sorprendido al verla entrar en la cocina donde él apenas comenzaba a preparar el desayuno. — Es temprano, ¿Estás bien?

Y por supuesto que estaba sorprendido, normalmente Yuna era la última en llegar al desayuno y a veces, directamente llegaba al almuerzo.

— Luffy roncó toda la noche otra vez, no pude dormir muy bien. — Explicó ella al momento de sentarse en la mesa y apoyar su cabeza en la misma. — Y esas hamacas no son cómodas, ¿Cómo pueden dormir ahí? Están dementes.

Sanji rió al oírla, era muy terca. Llevaban días diciéndole que volviera a la habitación con las chicas pero se negaba.

— Si Robin-chan quisiera asesinarnos ya lo habría hecho. — Comentó relajado y le puso un platillo de verduras hervidas en frente. — No me molesta que duermas cerca pero si te hace mal, deberías volver a tu habitación.

— No, trataré de construir una mejor cama o compraré una en la siguiente isla que visitemos, no lo sé.

Sanji negó divertido, Yuna podía llegar a ser muy decidida y nadie podía hacerla cambiar de opinión.

Luffy, Usopp, y Chopper entraron adormilados a la cocina y se sentaron alrededor de la mesa a esperar su comida.

— Buenos días. — Saludo Yuna antes de comer su platillo con rapidez, si pestañeaba, Luffy se comería su comida. — Disfruten su comida, iré a ver el rumbo del barco.

— Hai. — Respondió el capitán extendiendo el plato sucio hasta el lavadero sin pararse de la mesa, lo cual Sanji agradeció.

Yuna vió a Zoro en el mirador y a Nami observando el tramposo clima del grand line, en cualquier momento este podría cambiar y crear un caos.

— Ve a desayunar, yo te avisaré si algo cambia. — Le exclamó Yuna y la navegante le agradeció con un asentimiento antes de correr a la cocina en busca de alimento.

Las nubes se veían preciosas en el cielo celeste sobre ella, el viento estaba tranquilo, lo único molesto que percibió fue que Nico Robin puso una silla de playa junto a ella y comenzó a leer un libro.

— Buenos días, oficial-san.

— Buenos días, Nico Robin.

La tensión que sentía Yuna hacía esa mujer no disminuía, seguía tratando de descubrir un solo error para echarla a patadas del merry y que se ahogara en el fondo del mar pero no lo conseguía, era muy tranquila y comenzaba a llevarse bien con el resto.

— El clima está precioso, ¿No crees? — Siguió Robin sin quitarle la vista al libro.

Yuna suspiró, tampoco lograba ignorarla.

— Sí, hacía falta un día de paz.

Robin rió bajito y Yuna aprovechó para estirar su cuerpo.

— Es fácil disfrutar la paz en este barco. — Respondió luego de unos segundos en silencio. — Sobretodo cuando el espadachín-san nos cuida desde allí.

Yuna observó a Zoro y le sonrió al darse cuenta que él también las veía.

— No creo que nos esté cuidando. — Comentó la pelirroja con sorna. — Yo creo que en realidad vigila que no te lance al mar.

Robin volvió a reír, comenzaba acostumbrarse a ese tipo de comentarios por parte de Yuna y realmente le causaban gracia.

La tripulación completa salió de la cocina satisfechos y se acercaron al par de féminas.

Yuna Hiroshi [One piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora