Capítulo 4

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Elián Holmes

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Elián Holmes

Tengo problema con el proyecto de química. No creo que Sara sea una persona que le guste estudiar. Con el simple hecho que llega tarde a clases con eso confirmo mis pensamientos.

Decido comer mientras camino por los pasillos de la escuela. Tengo que gravarme cada lugar.
La escuela es muy grande para mí. En dónde yo estudiaba antes era un lugar pequeño, todos nos conocíamos. En cambio este lugar es gigante.

Encuentro un pasillo sin personas. Perfecto para mi situación de odiar a la gente.

Paso con cuidado pero antes de avanzar más, miro a Sara que está sentada en el piso con otra chica. Recién me entero que tiene amigas. Bueno solo es una, pero es algo.
Decido volver a la cafetería, ya que no queda nada lejos de ahí.

Algunos alumnos están formados esperando su almuerzo. En el tiempo que llevo, descubrí que la comida es horrible en la escuela.

—¡Elián, siéntate con nosotros!—grita Maggie alzando su brazo para ubicarme el lugar.

Me dirijo hacia la mesa y mientras me siento coloco mi mochila a mi lado derecho.

—Qué mala suerte que harás el proyecto con Sara la rara—declara Maggie dando un mordisco a su manzana.

—Pero ¿por qué la odian tanto? no conocen su vida.

—No la defiendas, hermano—me advierte Lucas con una mirada seria.

—¡Además, tiene muchos secretos, y por otro lado nadie sabe que tiene en esa asquerosa bolsa amarilla!

—Maggie , cálmate—protesta Lucas.

La rubia mira por la puerta principal para después susurrar.

—Tengo un plan.

Maggie se pará de su lugar y en ese preciso momento miro a Sara entrando por la puerta  de la cafetería. Maggie se coloca  justo en frente de ella.

—Te puedes hacer a un lado—murmura Sara.

—¡Quieren descubrir que trae en aquélla bolsa amarilla, este fenómeno—señala la bolsa mientras alza aún más la voz— ¡Sara la rara, tiene un secreto que debe revelar!

Maggie se inclina para querer arrebatar la bolsa pero antes de eso, Sara  le da un buen pisotón en el pie izquierdo. Todos los compañeros empiezan a quejarse de lo fuerte que fue el pisotón.

Maggie levanta su pie para sobarlo mientras Sara le susurra unas palabras que no alcanzo a escuchar.

Ella vuelve a sentarse en la mesa. Después de lo fuerte del pisotón no tiene expresiones de dolor. Eso es extraño.

—¡Ese fenómeno me lo pagara! Si tan solo pudiera descubrir que hay en esa bolsa.

—Maggie, ya déjala tranquila—dice Lucas.

Hermosos ErroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora