°°Primer libro de la "Biología Artificial"
Elián Holmes es nuevo en la escuela de California, él es un chico muy ordenado y organizado en todos aspectos. Le gusta que las cosas sean como él quiere. Odia socializar con las personas.
Por otro lado Sa...
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Elián Holmes
Me molesta tanto que los profesores dejen tanta tarea para nosotros los estudiantes. Me he levantado temprano para terminar el trabajo y así no tener nada que hacer para el fin de semana.
Recién me entero que toda la tarea se entrega mañana. Eso es bueno, todo mi esfuerzo será reconocido.
Me pongo de pie de la silla del escritorio para cambiarme con la ropa que llevare hoy al colegio. Pantalón negro con una chaqueta de mezclilla.
Aún es muy temprano y mis padres están dormidos. Bajo las escaleras con cuidado, después me acerco a la cocina para comer una fruta y salir de mi casa.
Agarro mi bicicleta para ahorrar tiempo. En el trayecto de la escuela paso por muchas avenidas para llegar, entre ellas la que me dirige al puente. Bajo la velocidad de la bicicleta para detenerme y observar a Sara que está sentada mirando el amanecer. Apenas son las seis de la mañana, para que una persona este ahí a esa hora debiera de estar loca.
Desde el poco tiempo que llevo conociendo a Sara, siempre se viste con ropa suelta, eso la hace más tierna. Como una flor pequeña.
Sara se pone de pie del suelo. No quiero que me vea, pensara que la espió y no quiero eso. Dirijo mis pies encima de los pedales para avanzar antes de ser descubierto.
No juzgo a Sara. Pero todavía no se lo importante que es ese lugar para ella. Espero que en algún momento pueda tener confianza en mí. Sin embargo respeto sus decisiones, si ella no quiere contarme nada, lo respeto y cambio el tema.
Estaciono mi bicicleta en la barra del estacionamiento. Dejo el casco encima y entro a la escuela.
—Elián, amor—saluda Maggie dando un beso en mi mejilla.
—Maggie, un gusto verte—respondo amablemente.
—Quiero verte en mi ensayo esta tarde—exige con sus manos en su cintura.
—Yoo... ammm—balbuceo rascando mi cabeza—No creo que pueda.
—Ahí te veo—da la vuelta mientras su coleta se mueve de un lado para otro.
Discutir con Maggie es como hablar con una pared, es muy terca.
No quiero comprometerme a verla esta tarde, ya que quiero ir al puente esta noche. Ese lugar se volvió especial, no sé por qué. La razón por la que voy es por Sara, me gusta hablar con ella, es muy profunda. Pienso que tiene muchas cosas sorprendentes en ella.
