Capítulo 14

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Elián Holmes

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Elián Holmes

Tengo a Sara enganchada de mi pecho. Toda la noche la pasamos así, ella dormida y yo haciendo masaje en su cabeza. Esos momentos jamás se vuelven a vivir.

La habitación de Sara es acogedora, cada vez que paso la noche con ella, puedo sentir la tranquilidad en mi alma. Puedo escuchar su respiración lenta. Como su estómago sube y baja. Empieza a murmurar cosas entre dientes, eso quiere decir que está soñando con algo gracioso.

Es increíble que conozca tanto a Sara en tan poco tiempo. Es decir, ella no es una persona abierta, al contrario, es todo lo opuesto, cerrada, tímida y sobre todo muy privada. Pero me siento afortunado en conocer lo que hay en su interior. Una persona divertida, con un buen gusto musical y muy amorosa —a su manera—pero lo es.

Mi teléfono empieza a sonar. Me volteo con cuidado para contestar la llamada.

—¿Bueno?—susurro en el altavoz.

—Elián, cielo ¿dónde estás?

Mierda. Me olvide de avisar a mi casa que pasaría la noche con Sara. Estaba tan ocupado pensando en cómo ayudar que lo olvide por completo. Ayer que acosté a Sara en su cama y me dedique a recoger todos los trozos de vidrio esparcidos en el suelo. Daniel me comento que los señores Presley llegaban hoy por la mañana y no quería que vieran el desastre ocasionado .

—Mamá, me quede en la casa de Sara por motivo de salud—explico susurrando.

Sé que mi madre no le daría conflicto. Cuando conoció a la chica, ella cambio su actitud de una manera radical. Cada vez me preguntaba por Sara y hasta le mandaba comida hecha por ella o por papá.

—Ay cariño, dale muchos ánimos—suplica—Me explicas cuando llegues.

—Sí, no tardare—respondo observando a Sara que suspira fuerte aun dormida.

—Por cierto, tu novia vino a visitarte.

—¡Hola Elián!—exclama la voz de Maggie por la llamada.

—¡¿Que!?

Grito fuerte y Sara se despierta rápido mirándome con sus ojos rojos. Paso mi brazo por su cuello para volver a recostarla sobre mi pecho.

—Cielo, ¿todo bien?—pregunta mi madre.

—Amm si mamá, llego en un rato—exclamo nervioso y cuelgo de inmediato.

Me preocupa que Maggie pase tanto tiempo con mis padres, tiene el poder de manipular a la gente a su conveniencia.

Sara se retuerce entre mis brazos y logra levantarse. Me mira con sus bellos ojos llenos de lagañas.

—¿Todo está en orden?— murmura levantando la mirada.

—¿Te sientes mejor?—le respondo con otra pregunta para no tener que dar explicaciones.

Hermosos ErroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora