Sara Presley.
Son las 5 de la madrugada y adivinen ¿quién no ha podido dormir? Así es, yo. Llevo más de dos horas intentando encontrar el sueño, más sin embargo no puedo hacerlo. Quizás sea el sofá cama que es bastante duro para mí gusto, y lo peor es que tengo el controlador amarrado en la cintura. Sé que lo he mencionado muchísimas veces pero es la verdad, es un cinturón muy pesado que sostiene casi todo mi cuerpo.
Aún no me hago en la idea que tengo que volver a inyectarme ese antibiótico que tanto me tumba. Es como una droga que no puedes controlar. No entiendo cómo se esfuerzan en salvarme si ya todos sabemos cómo acabará mi historia.
Suspiro pesadamente mirando hacia el techo con los ojos bien abiertos.
Elián se acurruca en mi pecho, y cuando sus brazos están tan aferrados en mi cintura, siento su respiración caliente en mi piel fría.
Doy un pequeño pero largo beso en su frente para poder acurrucar mi barbilla arriba de su cabeza. De inmediato un olor a acondicionador invade mis narices. Claro, son una de las millones cremas de peinar que se aplica Elián.
—¿No has podido conciliar el sueño?—me susurra acomodándose para ahora quedar yo en su pecho.
—Llevo así toda la madrugada.
Reímos en voz baja.
—¿Y por qué no me despertaste?—dice masajeando mis mejillas con sus manos.
—Estabas tan dormido que no quería causarte problemas—respondo en seco parándome a ponerme mis pantuflas.
—¿A dónde vas?—pregunta tallando sus ojos lagañosos.
—Iré a cambiarme—enumero con mis dedos—Después pasaré un rato al puente a ver el amanecer, y por último llegaré a la escuela.
Sentada, quitó el pantalón para rápidamente ponerme las mayas negras y encima la falda.
Elián cruza sus brazos y se porta en frente indignado.
—Y veo que todos esos planes son sin mí.
Me burló quitando mi bata.
—Si te vistes rápido, te llevo.
Parece como si le prendí fuego al decir eso, me abrió los ojos y casi se cae por tomar su conjunto de ropa. Tapo mi boca para esconder mi sonrisa y entonces, antes de entrar al baño, me da un beso de pico y ahora se centra en cambiarse.
No tarda ni cinco minutos para salir del baño.
—Estoy listo—dice entusiasmado dando brinquitos.
—Ve bajando las escaleras. Yo le escribiré un texto a Zoé para avisarle a donde iremos.
—Te espero abajo—da un beso suave y lento en mis labios para abrir la puerta con cuidado y en silencio.
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Hermosos Errores
Teen Fiction°°Primer libro de la "Biología Artificial" Elián Holmes es nuevo en la escuela de California, él es un chico muy ordenado y organizado en todos aspectos. Le gusta que las cosas sean como él quiere. Odia socializar con las personas. Por otro lado Sa...