𝙲𝚊𝚙 𝚜𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚘𝚌𝚑𝚘

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Ese sábado, Dixie y Charli -acompañadas por sus madres- tuvieron que reunirse en el despacho del padre de Addison para finalmente firmar el acta de divorcio entre las chicas, pero Addison y Avani no habían tenido la misma suerte y tendrían que seguir casadas durante aproximadamente dos semanas más.

Avani pasó a recoger a Addison esa mañana, y cuando Sheri le abrió la puerta, Avani no pudo abstenerse de comentar algo como "hermosa mañana, suegra, ¿podría decirle a mi esposa que estoy buscándola?" La mujer se cruzó de brazos y alzó una ceja con desaprobación, pero en lugar de disculparse o tropezar con sus palabras, la chica sonrió de forma encantadora y extendió un ramo de tulipanes hacia la madre de Addison para luego murmurar "flores para la mejor suegra del mundo" por lo que Sheri terminó por reírse antes de tomar el obsequio y fue a llamar a la rubia.

—¿Siempre le agradas a todo mundo? —Cuestionó la chica ucraniana una vez que estuvieron ante la puerta de entrada de la residencia Gregg.

Avani permaneció pensativa por un momento mientras jugaba con la llaves de la puerta en su dedo índice, pero antes de que Addison pudiera notarlo, la expresión pensativa de la chica se tornó sombría, dejó de jugar con el llavero y, en su lugar, insertó la llave en la cerradura antes de abrir la puerta.

—No lo sé —respondió antes de ingresar al recibidor—. La madre de Charli no me tolera —murmuró cabizbaja, aunque un segundo después, una expresión presumida apareció en su rostro—. Por suerte para nosotras, esposa mía, tu madre parece encantada de haberme conocido. ¿No es genial? Incluso podríamos pasar las vacaciones de invierno en casa de tus padres —bromeó—. Creo que a mi madre le gustaría tener a los niños en Grecia durante las vacaciones de verano.

La rubia dejó salir un resoplido de risa y Avani se rió entre dientes. Se sintió lista para bromear con aquello del matrimonio una vez que Addison le aseguró que recuperaría su apellido apenas firmaran el acta de divorcio, porque honestamente, al principio tuvo ganas de ahorcarla -y no de la buena manera- cuando se enteró de que le permitió hacer algo tan estúpido como renunciar a su apellido.

—Oh, por cierto, cuidado con mi mascota —murmuró la chica antes de dirigirse a la cocina.

La rubia se quedó estática en su lugar al escuchar la mención de una mascota y a su mente llegó a imagen de Cali corriendo tras ella para arrancarle un trozo de pierna por besar a Dixie.

Avani era una tipa alta, ágil, firme y decididamente agresiva cuando la ocasión lo ameritaba, y si Dixie, siendo un terrón de azúcar -al menos por fuera- era dueña de una enorme pastor belga sedienta de sangre, ¿qué tipo de perro tendría la chica? ¿Un gran danés como Charli? ¿Un doberman? ¿Un rottweiler? ¿Un pitbull? ¡¿Un bulldog?!

Addison se quedó en serio quieta, esperando que una perro de talla enorme y dientes afilados se lanzara encima de ella para morderla, despedazarla y...

—Por favor dime que no te orinaste en los pantalones —murmuró la chica una vez de regreso al ver la expresión horrorizada en el rostro de la rubia, sostenía una barra integral en la mano y una mueca de disgusto estaba plasmada en su perfilado rostro—. Oh, Briska, allí estás.

Solo entonces, la chica ucraniana se giró al escuchar el diminuto ladrido de un perro y bajó la mirada. Avani se agachó rápidamente y tomó a la pequeña Chihuahua entre sus brazos y la arrulló contra su pecho antes de dejar un beso en la diminuta cabeza.

Addison hizo una mueca y miró a Briska con expresión confusa.

—¿Sucede algo? —Cuestionó Avani.

—Dijiste que tuviera cuidado con tu mascota... —exhaló de forma temblorosa.

—Oh, sí —Avani se rió de forma alegre y volvió a besar la cabeza de su perrita—. Es que no quería que la pisaras.

Addison sonrió y se acercó para acariciar la cabeza de la pequeña Chihuahua, pero cuando sus dedos flotaron sobre el pelaje de Briska, esta empezó a gruñir y ladrar, por lo que la rubia retrajo la mano y en su lugar caminó hacia la sala de estar. Avani dejó salir una risa encantada ante la reacción de su hija y la siguió, luego se dejó caer sobre un sofá y colocó a Briska sobre su pecho, donde esta se acurrucó y dormitó en un segundo.

Por su parte, la chica ucraniana tomó un portarretrato donde la señora Gregg, un hombre que no conocía y una Avani de apenas unos dos años posaban con sonrisas idénticas para la fotografía. La chica miró lo que Addison estaba viendo, y cuando notó la mirada curiosa en el semblante de la rubia, murmuró:

—Es mi padre.

—¿El señor Gregg? —Cuestionó, esperando una obvia respuesta afirmativa.

—Uhm, no realmente —respondió Avani—. Él es, digamos, el tipo que puso un espermatozoide en mi madre, me visitó algunas veces cuando vivíamos en Grecia y decidió no darme su apellido porque su esposa lo habría matado.

—Vaya, yo... —Addison balbuceó, sin palabras—. No sé qué decir, Avani. No tenía idea.

La chica esbozó una sonrisa amplia y se encogió de hombros mientras acariciaba la cabeza de Briska con la punta de su dedo índice.

—Tranquila, mi amor —bromeó—. Llegarás a conocerme en algún momento. Primero el matrimonio y luego las citas.

Addison se rió ante el comentario de la chica, pero antes de que pudiera responder algo, la puerta de entrada se abrió de forma abrupta y por ella ingresaron Dixie y Charli. La corredora sostenía un fólder en alto y había una sonrisa triunfante en su boca.

—¡Por fin soy libre de follar con mi novia, carajo! —Chilló la castaña.

La rubia no pudo evitar murmurar:

—¿Follar con mi esposa, Grace? Ni lo sueñes.

—Vete a la mierda, Addison —masculló la corredora.

Dixie se rió y caminó directamente hacia la chica ucraniana, dejó un beso en sus labios y siguió hasta el sofá donde Avani estaba recostada, y luego, cuidando no aplastar a Briska, se lanzó sobre el cuerpo de su amiga, misma que la maldijo y la empujó hasta que la tiró de encima de ella y del sofá.

—¿Qué estaban haciendo, chicas? —Cuestionó la pelinegra aún tirada en la alfombra.

—Estábamos viendo Johnny Sins —respondió Avani—. Morning solo, para ser más específicas.

—Estábamos teniendo un poco de sexo, también —comentó Addison, por lo que Avani le dedicó una mirada maliciosa.

Charli le dio un puñetazo a Addison y Dixie le mordió el antebrazo a su mejor amiga en respuesta, lo que las hizo reír.

"𝚂𝚝𝚘𝚕𝚎𝚗 𝚔𝚒𝚜𝚜𝚎𝚜"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora