𝙴𝚜𝚙𝚎𝚌𝚒𝚊𝚕 𝚍𝚎 𝙲𝚑𝚊𝚛𝚕𝚒 𝚡𝚍

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Charli suspiró y volvió a mirar la hora en su móvil aún recostada contra un árbol en el patio trasero de D'amelio High. Era jueves y seguía castigada y suspendida -por lo que no podía salir de su casa o poner un pie en el instituto hasta el lunes siguiente-, pero su madre siempre estaba trabajando y aún si el guardia trataba de retenerla, jamás podría atraparla porque... bueno, era una corredora impresionante.

El estacionamiento estaba casi desierto porque la hora de salida había sido casi treinta antes antes de que la castaña llegara allí, y en su experiencia, todo mundo salía de allí apenas podía, pero el Maserati gris de la profesora Waldfogel seguía estacionado en su lugar usual y el auto de Heidi no estaba a la vista, así que no se metería en más problemas por desacatar la orden de la directora.

Pasaban unos minutos luego de las tres y media cuando la profesora salió por la puerta trasera y empezó a caminar hacia su auto, por lo que un torrente de adrenalina sin adulterar asaltó las venas de Charli y su corazón empezó a latir de forma frenética cuando sus ojos se centraron en la mujer que parecía ajena a todo mientras sujetaba algunas carpetas y tenía el bolso sobre el hombro izquierdo.

La profesora caminaba de forma tranquila y fluida aún usando sus tacones de dos pulgadas, y su piel casi reflejaba los rayos del sol mientras su cabello rojizo -atado en un moño firme- casi destellaba. Vestía la usual falda ceñida y una blusa sin mangas en color blanco, lo que honestamente la hacía verse muy bien, y la castaña no pudo alejar de su mente la imagen de la profesora reteniendo a Avani -nada menos que su novia- contra una pared.

Una nueva oleada de adrenalina la invadió por completo y tuvo que apretar los puños al tiempo que tragaba saliva.

—Profesora Elske Waldfogel —llamó la corredora cuando la mujer estuvo a unos metros de distancia.

Apenas escuchó su nombre, la profesora alzó la mirada con curiosidad, y cuando sus ojos se encontraron con la pose tensa de su alumna, su entrecejo se frunció. Sin embargo, en lugar de decir cualquier cosa, la mujer siguió su camino y abrió su auto para meter sus cosas, entretanto, murmuró:

—Señorita Grace, creí que estaba suspendida por aquella pelea. No debería estar aquí.

Charli volvió a tragar saliva forzosamente y se removió antes de erguirse por completo. El auto de la profesora estaba debajo del árbol donde la castaña estaba apoyada, y dicho árbol estaba en el borde del territorio de D'amelio High, así que técnicamente, la corredora no estaba en el instituto, y así se lo hizo saber a la profesora.

—No estoy en el territorio de D'amelio High, estoy justo en la acera —señaló con obviedad, y cuando la mujer la miró con una ceja alzada, Charli señaló la acera—. ¿Lo ve? Hasta donde sé, las aceras son propiedad de la ciudad, así que técnicamente...

—Sí, sí, entiendo —interrumpió la mujer de forma abrupta—. ¿Por qué está aquí, señorita Grace?

—Solo llámeme Charli —murmuró la castaña antes de acercarse hasta quedar a unos centímetros de la profesora -quien para ese momento ya había guardado sus pertenencias en el asiento trasero y estaba apoyada en su vehículo-, y luego añadió—: Estoy aquí porque tuve un sueño bastante interesante.

La mujer esbozó una sonrisa divertida, se cruzó de brazos y dejó salir una risa entre dientes sin apartar la mirada de los ojos de Charli.

—Soy profesora de alemán, Charli, no intérprete de sueños —comentó en un tono divertido—. Pero seguramente ya sabías eso.

La corredora obvió su comentario, pero sonrió al escuchar que la llamó por su nombre y se acercó más, por lo que la mujer se tensó ligeramente y frunció el entrecejo con cautela.

—Verá, profesora, este sueño fue muy específico —comenzó la castaña al tiempo que tomaba suavemente un mechón de cabello rojizo entre sus dedos—. Usted estaba allí, pero eso no es todo.

—Ah, ya veo —se limitó a decir la mujer, francamente extrañada por la cercanía de la joven que siempre parecía esquivarla en clases—. ¿Y...?

—Y usted estaba justo allí, en el aula de detención —prosiguió la corredora en un tono bajo antes de acercarse al oído de la mujer y casi susurrar—: Usted tenía a mi novia atrapada contra la pared y...

—Señorita Grace...

—Charli —corrigió la castaña rápidamente, y entonces tomó la mano derecha de la profesora con su izquierda, lo que hizo que la mujer volviera a fruncir el entrecejo—. Como decía. Ustedes se besaron, y yo estaba justo allí. Sentada en uno de los pupitres. Viéndolas.

La corredora se alejó a tiempo para ver que la mujer le dedicó una mirada llena de confusión, y cuando se percató de que la profesora iba a hablar, Charli se inclinó para robarle un beso rápido, pero en lugar de empujarla o darle un bofetada por su atrevimiento, la mujer pelirroja miró a su alumna de arriba abajo y esbozó una sonrisa ladina.

—Ahora entiendo por qué siempre fuiste tan esquiva en clases —murmuró sin moverse un centímetro—. Charli, cualquiera podría ver que tienes aprisionada a una docente. Por favor, dame un poco de espacio.

La corredora soltó la mano de la profesora y se alejó unos metros de forma obediente, pero la mujer la miró de arriba abajo con expresión evaluativa, aunque un segundo después negó con la cabeza para concentrarse.

—Señorita Grace, espero que comprenda que esto no puede volver a ocurrir —zanjó la mujer en tono firme—. Soy una figura de autoridad, y si bien no voy a delatarla, debe saber que nada va a suceder entre nosotras porque soy su profesora.

—Uhm, su determinación es sexy —murmuró la castaña—. Mi madre saldrá de la ciudad esta noche y mi novia y yo estaremos en mi casa. Ella preparará la cena.

—Suerte entonces —respondió la profesora en un tono de voz plano.

—Yo había esperado que se nos uniera —Charli se encogió de hombros y después esbozó una sonrisa brillante—. ¿Tal vez podríamos hacerla cambiar de opinión? —Ofreció de forma tentativa—. Creo que sabe dónde vivo, pregunte por mí en la garita y el guardia la dejará pasar sin hacer preguntas —terminó antes de marcharse.

"𝚂𝚝𝚘𝚕𝚎𝚗 𝚔𝚒𝚜𝚜𝚎𝚜"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora